Guerra Mundial. Nueva York, 2015. A los ochenta años, Elise Duval recibe la llamada de una mujer que la devuelve a un tiempo y un lugar que había abandonado en el olvido. Elise, una francesa católica que llegó a Nueva York al finalizar la Segunda Guerra Mundial, descubre así que las cartas en alemán que una desconocida traía de Cuba fueron escritas por su madre durante la guerra. De repente, siete décadas de secretos salen a la luz.
Una novela basada en hechos reales que te hace vibrar el alma. Cuenta las atrocidades que vivieron los judíos con el ascenso del nazismo en Alemania. La historia de Amanda y sus hijas Lina y Viera te roba el aliento.
La historia esta bien, novela histórica que siempre me ha encantado. El autor se ha documentado muy bien sobre la ocupación de los nazis en Francia durante la II Guerra Mundial. La única pega, es estilo de escritura de este escritor no me ha convencido mucho. Vuelvo a decir, la trama está bien pero con otro estilo hubiera estado genial. Le doy un 7,5
Había muerto también dos años atrás, aquella noche en el bosque, para resucitar en un día, febril, en brazos de Maman Claire. Ahora estaba viviendo otras de sus muertes. Sabría Dios de cuantas otras muertes tendría que huir.
El hedor del miedo contamina , todo el que tenga contacto con el se hace vulnerable y , una vez que alguien se adelanta en ese camino, es imposible salir . El hedor de la infamia es aún más repugnante , nadie piensa , nadie reacciona . Y Dios solo observa .
El hedor del miedo contamina, todo el que tenga contacto con él se hace vulnerable y, una vez que alguien se adentra en ese camino, es imposible salir. El hedor de la infamia es aún más repugnante, nadie piensa, nadie reacciona."
"Comienzan con los libros y terminan con los hombres" Alemania ya no es lo que fue...
Sí mañana el destino nos lleva a otra parte bienvenido sea. Ni tú ni yo somos Dios para cambiar lo que se avecina. Así que es mejor no esperar nada , deja que todo llegue en su momento .
No podemos pasarnos la vida soñando. Y si no podemos evitarlo, debemos recordar que los sueños son solo eso, sueños nada más. El ahora es lo que importa, el plato de comida que tenemos que poner sobre la mesa para sobrevivir.