Una historia de misterio ambientada en la Francia del siglo XIX. En el tranquilo pueblecito de Beaufort empiezan a suceder cosas extrañas, y todo apunta a que hay un vampiro por los alrededores. Todo ello coincide con el regreso a Beaufort de Isabelle, una lavandera que se marchó tiempo atrás en pos de su amor, un joven noble. Ahora ella está muy cambiada; a pesar de que parece que ha hecho fortuna, viste de luto y apenas sale de su casa. Parece que su única ventana al mundo es Mijaíl, un enorme y extraño criado mudo que la sirve con gran fidelidad. Queriendo resolver el misterio de Isabelle, Max, el joven gendarme del pueblo, empieza a investigar. Pero él es un hombre tranquilo y pacífico, y puede que no esté preparado para afrontar la verdad…
Es un libro que de vez en cuando se hace pesado pero la trama está bien, el misterio siempre está has el último momento
Entretenida, aunque o se si fuí yo o ya veía por donde iban a ir los tiros, así que en mi caso, deducible.