La construcción, en 1966, de un nuevo instituto de enseñanza media en Getxo desentierra la historia del hombre solitario que decidió recluirse en el solar y cuidar de una higuera al poco de acabar la guerra civil. Se trata de Rogelio Cerón, uno de los falangistas que durante la guerra fueron casa por casa para llevarse a fusilar contra las tapias del cementerio a varios de los hombre de Getxo. Enuna de sus visitas, Cerón se tropieza con la mirada de odio de un niño que se resiste a que le arrebaten a su padre, una mirada que despierta de inmediato en el falangista la certeza de que ese niño, cuando crezca, le matará. Así comienza esta historia sobre la culpa, el perdón y las inesperadas burlas de la Historia, que acaban sentenciando el destino de cualquier hombre.
Un libro que hace reflexionar sobre cómo nuestros actos pueden determinar nuestro destino. Habla de miedo, culpa y expiación.
Un buen libro, por momentos un poco lento, pero muy atrapante. El retrato del falangismo que hace es realmente duro, pero veraz, según los testimonios y los libros de historia reciente. Muestra lo despiadado del régimen y también la avaricia y oportunismo de los que se valieron del mismo para conseguir beneficios económicos, tierras o lo que fuera. El libro muestra no tanto el arrepentimiento de un asesino sino el miedo de sufrir consecuencias violentas a manos de los hijos de las víctimas. En tiempos de auge de la ultraderecha es un libro para leer y pensar.