Madama- así se la conoce en los alagados de Salvador Bahía- es una mujer alegre y positiva, devota y exuberante. Cuando muere se produce un imprevisible chantaje a un alto eclesiástico romano. La historia empieza así a desarrollarse entre las dos orillas del Atlántico con la presencia constante de Madama a través de los recuerdos y acciones de su hijo Fernando.