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Sinopsis de LA GUERRA DE LOS DURAZNOS
Los chicos del club de los Panteras tienen que defender su cabaña de la pandilla de Los Escorpiones. Pero los juegos se ven interrumpidos un día cuando entre los árboles encuentran a una persona malherida. Se llama Lautaro, es un campesino y no quiere ir al hospital ni a la policía. La aventura se hace cada vez más peligrosa cuando los niños se enteran de que el hombre es perseguido por los militares. Pese
2 reseñas sobre el libro LA GUERRA DE LOS DURAZNOS
Explicar la guerra es difícil, tratamos los hechos como una historia, un campo de estudio donde sociólogos, filósofos, historiadores, economistas y gente de intelecto buscan arrancar del presente o del pasado, una aclaración sobre una situación, la mayoría sobre las atrocidades cometidas por los mismos seres humanos, en algunos casos por causas naturales o ajenas de nuestra comprensión, para ello usamos palabras ilustradas, narraciones de miles de páginas y elaboramos eruditos tomos que tarde o temprano se empolvaran en alguna biblioteca olvidada. Sigue leyendo nuestra crítica aquí 👉https://plumagulunga1.blogspot.com/2023/08/la-guerra-de-los-duraznos-roberto.html
Divertido e inocente. Novela que trata con una pluma momentos sumamente complejos para la sociedad chilena.
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FRASES DEL LIBRO LA GUERRA DE LOS DURAZNOS
El barrio de los oficiales del ejército quedaba lejos de Valparaíso, quizás a una hora en autobús; allí los militares habitaban en bungalows blancos con tejado rojo y jardines sin rejas, y gozaban de la protección de guardias con ametralladoras.
En ese instante la puerta de la habitación se abrió violentamente y en el umbral apareció don Tomás. Los muchachos quedaron paralizados de susto. En realidad, cualquiera se atemorizaba ante la corpulenta figura y la imponente cabeza con corte a lo puercoespín del coronel.
Abajo, las luces de Valparaíso parpadeaban conversando con los faroles de los barcos del Pacífico y la noche parecía segura otra vez.
Minuno era el hijo de una lavandera y un verdulero del mercado El Cardonal, un muchacho pobre e inteligente, algo esmirriado - de allí su sobrenombre-,que habitaba una modesta casa de madera con techo de cinc.
Porque me opuse junto con otros campesinos a devolver las tierras que el gobierno anterior nos entregó. Ahora devuelven los fundos a los antiguos dueños y cuando en San Pedro nos opusimos, llegaron los militares, cercaron al pueblo y nos detuvieron.
(...) Cuando uno tiene hijos, entonces sabe por qué se sacrifica. No para que vengan unos tales por cuales, que no saben diferenciar una vaca de un toro, y le quiten a uno la tierra que cultiva.
