Este libro es el relato fragmentario y crítico, en forma de mosaico, de las interpretaciones y representaciones que desde muy pronto se hicieron de la Guerra de la Independencia. Desde 1808 hasta el presente año existe una continuidad en su consideración como momento histórico de máxima relevancia, como episodio que cambió nuestra historia y sirvió para aglutinar y dar visibilidad a tendencias y fenómenos políticos e ideológicos que estaban latentes al menos desde los años ochenta del siglo XVIII. Por ello, se ha querido atender más a cómo se pensó, interpretó y utilizó la guerra que a cuestiones estrictamente contemporáneas de ella o con ella relacionadas, sin dejar por ello de lado determinados elementos internos o inmediatamente posteriores a los hechos bélicos. Así, tienen cabida en estas páginas cuestiones como la relación entre la disputa ideológica y la construcción de la ciudadanía, la trayectoria del mito colectivo o la figura del «pueblo», como agente o sujeto histórico y político. El objetivo perseguido no es hacer una historia de la Guerra de la Independencia ni de su interpretación, sino favorecer acercamientos diferentes y parciales que propicien análisis novedosos y se centren en disciplinas, aspectos y ámbitos concretos y variados, de modo que se pueda reflexionar sobre cómo los hechos del pasado ,en este caso, los relativos al conflicto armado,cambian de significado según el contexto en que se piensa sobre ellos, según quiénes lo hagan, qué valores defiendan o quieran promocionar y en función del público al que se dirigen.