LA FONTANA SAGRADA

Obra extrañísima cimentada sobre una ambigüedad agobiadora. Bastó que tan sólo un sonido procedente de la calle, tan sólo el maullido de un gato, el chillar de una puerta, para que me perdiera en la inmensidad de las páginas de James, viéndome obligado a comenzar de nuevo. Después de leer a Proust con cierta facilidad pensé que no volvería a ocurrirme. Me sentí humillado, como si hubiera vuelto a convertirme en un lector novel. ¡Qué gran dosis de humildad recibí de este hombre! Los dejo cordialmente invitados a leer esta obra para que me cuenten que deducciones sacaron. No entendí nada...

Extraña, envarada por momentos, sutilmente poética y profunda siempre, de un esfuerzo, excesivo a veces, titánico por desentrañar, explicar y entender cada gesto, cada palabra no dicha, insinuada, presentida. Su lectura es un esfuerzo solo comparable al mas denso Faulkner, igual de genial, igual de agotador. El tema, lo que pasa, flota aleve en brumas de sobreentendidos.