Sinopsis de LA FLOR PÚRPURA

Un relato sobre los lazos familiares, la pasión de la adolescencia y la represión, y que trasciende el paisaje de una Nigeria convulsa para cobrar un cariz universal. La voz de una juventud que rechaza las prohibiciones que se ciernen sobre su vida y que ahogan a su pueblo. La joven Kambili, de quince años, y su hermano mayor Jaja llevan una vida privilegiada en la ciudad de Enugu. Viven en una hermosa casa y frecuentan un elitista colegio religioso, pero su vida familiar dista mucho de ser armoniosa. Su padre, un poderoso y respetado hombre de negocios, es un fanático católico que alienta expectativas de cariño imposibles de cumplir. Cuando los jóvenes visitan durante unos días a la cariñosa y atrevida tía Ifeoma en su humilde apartamento, descubren un mundo totalmente nuevo: el rico olor a curry que inunda el lugar, las continuas risas de sus primos, las flores exuberantes, la calidez, el respeto a las ideas, la libertad, el amor y la ausencia de castigos. Al regresar a su hogar, transformados por la libertad conquistada, la tensión familiar crece de forma alarmante.

36 reseñas sobre el libro LA FLOR PÚRPURA

Octubre 2021 La Flor Púrpura es un libro cruel, de esas lecturas que impactan y conmocionan. Una obra impresionante sobre una realidad horrible: la de la violencia domestica. Una historia sobre gente indefensa en su propio hogar, ese que debiera de ser su fortín y se convierte en su polvorín. Y con un trasfondo no más liviano: las consecuencias políticas y sociales de la colonización en los países de África. Pero aunque parezca increíble también es una novela con una cara amable, una obra que nos adentra y nos zambulle en el idioma, las costumbres, los colores y los sabores de Nigeria. Kambili, es una adolescente de clase alta de Nigeria. Vive en una confortable mansión con su hermano, su madre y su padre, un hombre ultracatolico que es la máxima y la única autoridad de la casa. Pese a la pobreza que asola el país a ellos no les falta de nada, pero curiosamente sus vidas parecen estar vacías. Todos los miembros de la familia viven atenazados por el miedo y la continua necesidad de complacer a su padre, un hombre muy relevante y respetado en la sociedad pero al que su fanatismo religioso y su obsesión por llevar una vida occidental han conducido a ejercer en casa una férrea disciplina, por lo que viven en un ambiente opresivo marcado por la exigencia continua de la perfección. Hasta que un día Kambili y su hermano visitan a su tía y sus primos y de repente descubren que hay otros modos de vivir más allá del suyo, una vida repleta de carencias, estrecheces e imperfecciones, pero donde imperan la libertad, la espontaneidad y la alegría y un hogar en el que las tradiciones autóctonas del país son respetadas y todos pueden expresarse en libertad sin consecuencias; donde la opinión de todos sus miembros cuenta y todos tienen voz y voto. Un soplo de aire fresco para estos dos hermanos, que hará tambalearse sus cimientos personales. Una obra brutal, cuya lectura me ha impresionado y muchas veces me ha cortado la respiración, de una autora tremendamente valiente y reivindicativa, que en esta, su ópera prima, es capaz de mostrarnos sin pudor ni paños calientes la situación de indefensión y vulnerabilidad que viven las personas maltratadas, mientras nos destapa la continua inestabilidad política y social que se vive en Nigeria , pero sin dejar por ello de reivindicar una identidad cultural y unas tradiciones muchas veces soterradas con vergüenza en pos de la modernización impuesta como consecuencia de una colonización desmedida. África también existe, de hecho y por derecho.


No hay nada mejor para acercarte a otras realidades, tan alejadas que ni nos las planteamos, que toparte con un buen libro y embeberte en sus páginas. Chimamanda Ngozi, la premiada escritora nigeriana, nos acerca con ésta, su ópera prima, a su país de nacimiento Nigeria, durante un golpe de estado. Este será el telón de fondo de la historia que escribe Chimamanda. La historia principal es la biografía novelada de Kambili, durante unos meses que provocaron cambios determinantes en su vida y circunstancias. Kambili es una jovencita de quince años que vive en un entorno privilegiado, nada que pueda comprar el dinero le falta. Su padre un respetado pastor católico, dueño de un periódico y diversas fábricas exige a su mujer e hijos una austera vida de estudios, rezos y aislamiento. Esta opresiva crianza provoca que Kambili y su hermano no sepan relacionarse con otros jóvenes, ni siquiera saben reír. Ellos piensan que la normalidad reside en los castigos físicos que su padre les impone a su familia y que rozan la auténtica tortura. La llegada de una tía viuda y sus hijos durante unas vacaciones les hará ver que otra realidad distinta a la de ellos es posible. Un mundo de risas, amor, abrazos… donde se puede amar a dios con canciones y alegría y la vida no resulta tan miserable y dolorosa. Un golpe de estado provocará un vuelco en la familia y un cambio definitivo. Los hermanos pasarán más tiempo con tía Ifeoma y los primos, mientras el imperio del padre se desmorona y la relación con su esposa se vuelve insufrible para ella. Kambili y, sobre todo, su hermano mayor, ya no estarán dispuestos a soportar el régimen dictatorial y los castigos de su padre. Asistimos al desenlace con el corazón encogido, temerosos ante el momento del enfrentamiento, aunque la señora Adichie nos tiene preparada un sorpresa final que nos dejará boquiabiertos. Chimamanda escribe muy bien. Se mete en tu cerebro a través de los sentidos. Los olores a fruta dulce, el aroma penetrante del hibisco púrpura...El tacto suave del arroz al ser amasado o el roce áspero y caliente del cuero restallando la piel... La cadencia suave de la risa o monótona del rosario siendo rezado... El brillo en los ojos de la persona que te ama… Por todo esto es una novela que atrapa desde el primer momento, pero que hay que dejar reposar para poder asimilar todas las emociones que provoca. Una novela poderosa y exigente, no deja indiferente. El sufrimiento de Kambili se convierte en el tuyo durante mucho tiempo después de haber cerrado la última página.


La flor púrpura es una novela que explora una realidad universal un tanto compleja desde la mirada de Kambili, una adolescente de 15 años, tímida y sensible, su familia cuenta con estabilidad económica, estudia en una escuela privada, vive en Nigeria con su hermano Jaja y sus padres. Eugene, su padre, es un prestigioso hombre de negocios, generoso y muy apreciado por las personas de su comunidad, fanático del catolicismo, se empeña en tener una familia perfecta y para esto utiliza la violencia en todas sus manifestaciones, es así como somos testigos del terror que es el pan de cada día en la vida de su esposa e hijos, sobretodo cuando ellos no se ajustan a las normas que Eugene considera correctas y decorosas.  Chimamanda con su particular estilo sencillo, delicado y bien estructurado toma en su mano una madeja de situaciones que al tejerlas va relacionando las acciones de los personajes con las conversaciones que tienen sobre temas profundos que nos llevan a reflexionar sobre los diferentes matices que puede tener la violencia, la intolerancia religiosa, la libertad, las tradiciones, el abuso de poder y la injusticia que imparte el estado al pueblo nigeriano, pero que no deja de palpitar con fuerza en el seno de la familia hasta oprimirlos… asfixiado a sus miembros.  Mirando el revés de la moneda encontramos que en casa de la tía Ifigenia, hermana de Eugene, donde Kambili y Jaja van a pasar unos días, los chicos no van a encontrar las comodidades a las que están acostumbrados en casa, pero si encuentran  algo muy valioso.. paz y libertad… sus primos han sido educados con disciplina, pero sin opresión; con su abuelo, Papa-nukwu, descubren la riqueza de las tradiciones de su pueblo y sus raíces. Compartir con sus familiares paternos abre sus ojos para entender que hay otras maneras de vivir y que tienen la posibilidad de desear una mejor calidad de vida.  Cuando leo a Chimamanda encuentro elementos familiares que me permiten sentirme en casa, como las descripciones, los sabores, los olores, el lenguaje, esos matices que encuentro en su universo narrativo me acercan a ella; la complejidad, profundidad y la lenta evolución que caracterizan a los personajes es muy coherente con la personalidad que tienen. Es maravilloso encontrar un personaje como Kambili, en ella encontré la resiliencia que caracteriza a la mujer, la elocuencia de su silencio lo cambia todo, porque nos lleva a pensar sobre una problemática universal sin presentarla de manera específica. Es inevitable pensar en el peligro de contar una historia única, porque lo poco o nada que sabemos de un continente, nos puede llevar a fomentar estereotipos que pueden llevarnos a creer que somos muy diferentes a aquello que desconocemos. Hablar de una historia única nos lleva a imaginar que lo que se vive en un lugar, lo que vive un grupo de personas o una persona es diferente a lo que puede ocurrir en otro lugar del planeta y en lo esencial somos similares, nuestras luchas, nuestros sueños y anhelos en lugar de alejarnos nos acerca. Me gustó mucho el rol que desempeña Jaja como personaje secundario, a través de la rebeldía, expresaba la culpa y frustración que sentía por no poder cambiar lo que ocurría a su alrededor, pero la estadía en casa de tía Ifigenia marcó su vida en un antes y un después, le permitió enfrentar su realidad de una manera desafiante, a lo largo de la historia miramos cómo movido por la culpa asume la responsabilidad de un evento familiar. La flor púrpura es la primera novela de Chimamanda Ngozi Adichie, fue publicada en 2003 obtuvo el premio “Commonwealth Writer´s” 


Un drama que nos transporta a Nigeria, en donde los conflictos políticos y la represión están a la orden del día. Kambili y su hermano Jaja, hijos de un sacerdote sumamente estricto y una madre sumisa , viven en un espiral de violencia y prohibiciones. Cuando van a visitar a su tía, y a pesar de estar a solo unos pocos kilómetros de distancia, se produce un choque de dos mundos completamente diferentes que les hace plantearse la vida que llevan en el seno de su familia y los preceptos religiosos en los que fueron criados. Una historia dura, tan bien relatada que una se siente parte de ella y termina sufriendo con Kambili y con Jaja. Recomendable!


Leer a Chimamanda Gnozi siempre es un regalo. Una historia realmente conmovedora, de las que dejan huella.


Construido en torno de los hibiscos púrpura, un experimento que denota un intenso deseo de libertad, libertad para ser, libertad para hacer. Replicado en el experimento literario El crecimiento como renovación, el crecimiento genera dolor. En ambos sentidos, en la escritura de esta su primera novela y en la estructura de la misma. En el aspecto literario, experimenta con la construcción de una historia familiar, rodeada de cambios sociales, políticos religiosos, y personales de los personajes, Es en este último aspecto en que centra su narrativa, el cambio de la protagonista y narradora , Kambili, que atraviesa hacia la adolescencia, y se enfrenta a crisis familiares, con un padre fanático, de la religión cristiana, rígido y despótico, exitoso en los negocios y opuesto al régimen político, y que rechaza a su abuelo, tradicionalista que se niega a aceptar las ideas cristianas , aferrando las tradiciones de su etnia ( igbo, de la cual Chimamanda es miembro ) Una madre sumisa, un hermano que cuestiona, tras un corto periodo vacacional en casa de la tía universitaria de ambos, las costumbres paternas y se opone abiertamente a ellas, Un enamoramiento juvenil por un sacerdote. El encuentro con una sociedad diferente a lo por ella concebido entre las paredes de su reducto familiar nuclear, lo grato y penoso de interactuar con la familia de la hermana de su padre . Y todo ello enmarcado en la crisis política, social, económica de el dictatorial régimen en el poder que practica abiertamente la represión, Lo hace en un lenguaje claro, pero enmarcado en cierto romanticismo plasmado en las ideas, diálogos, descripciones que soslayan lo terrible de la discriminación fanatizada contra todo lo que resulta en diferencias, religión, política, sexismo, educación, y sin embargo están permanentemente presentes en la narrativa, mostrando y demostrando que los cambios son posibles, reales, pero siempre irán acompañados de grandes pérdidas y una importante dosis de dolor, y por supuesto aceptación del mismo.. En el aspecto estructural, el manejo de los tiempos, donde el presente parece dar paso al futuro y al pasado, fundiéndose en una sola linea que no parece tener límites, más que un tiempo circular, discurre en Zig Zag, de manera aleatoriamente quebrada, Una novela que anuncia y denuncia al fanatismo como uno de los más grandes escollos para el progreso y la salud de los pueblos y la sociedad desde su reducto primordial que es la familia Adichie, para mi una gran revelación, su literatura una muy grata sorpresa. Parafraseándola, “ todos deberíamos ser feministas “ yo digo, todos deberíamos ser mas tolerantes,... en todos sentidos,


Super interesante, es mi primer libro africano y me ha encantado, trata sobre la religiosidad extrema. Muchas veces pensamos que ese tipo de cosas solo pasan en religiones no cristianas o no occidentales, pero este libro nos muestra lo segado que puede estar una persona al rechazar incluso a los miembros de su propia familia por un religión. El final es brutal y no lo esperaba, esta muy bien escrito y es un relato íntimo sobre la cultura nigeriana. Excelente 👌


Narra la historia de Kambili y su hermano menor Jaja que crecen en una familia de clase alta en el país de Nigeria, me impresiona la forma de crianza adoptada por su padre, un hombre con extremistas valores católicos que somete a sus hijos a una perdida de libertades esenciales y les impone una forma de vida de autoexigencia enfermiza, radical, "conservadora" que rosa en la perdida de la identidad y rechazo de su cultura, historia, tradiciones y cosmoviciones fruto del colonialismo. Cada acto cultural o tradicional lo tilda de impío, ningún tipo de expresión es permitido, la mujer se ven sometida al hombres y debe reservarse, los preceptos religiosos implican dejar de lado incluso hasta la integridad, el fanatismo acaba con la familia y mas que por fe se mueven por temor. Una de las cosas mas dolorosas son las constantes comparaciones con los blancos, la forma en que eran exaltados mientras la cultura nigeriana es menospreciada e insultada, el colonialismo ha barrido con la identidad y la dignidad del origen de ser negros y de tener una cultura, creencias y tradiciones propias, de alguna u otra forma estaban desviados y debían corregirse imitando y adulando a los blancos, les es imposible concebir a un Dios negro, lo negro es malo, Dios es blanco, bueno y prefecto. Leer historia negra es dolorosa pero indispensable para reconoces nuestras raices e identificar cueles fueron son y siguen siendo nuestras cicatrices de las pesadas cadenas del colonialismo. Chimamanda es grande, a través, de su historia se identifica todo un pueblo negro. Voy por mas de ella.


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FRASES DEL LIBRO LA FLOR PÚRPURA

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