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Sinopsis de LA EDAD DE HIERRO

Magistralmente narrada, ésta es la historia de dos vidas que se encuentran en una etapa especialmente difícil. Ella es una mujer madura que se sabe condenada por una enfermedad mortal; él, su curioso compañero de ruta por un escenario social poblado de miserias humanas: Sudáfrica, bajo el escabroso régimen de apartheid.

6 reseñas sobre el libro LA EDAD DE HIERRO

Este libro es de los que no se olvidan. De los que duelen, de los que golpean, de los que desgarran y rompen con ferocidad, pero definitivamente es de esos libros que entran y se quedan para siempre. En " La edad de hierro", Coetzee desnuda sin piedad la aberrante situación política y social sudafricana. No sé si digo una obviedad pero, hasta la década del 90, la pequeña minoría blanca de colonos holandeses gobernó el país bajo el yugo del APARTHEID, un sistema de segregación racial por el cual se discriminó, aisló, precarizó y vapuleó a la gran mayoría de población de raza negra. Lo peor creo yo es que este sistema no sólo era legal sino que era visto, tolerado e incluso apoyado mundialmente. Y esto no fue hace miles de años. Hasta hace tan sólo 30 años, todos vimos como en la era de las democracias, había personas que aún no podían votar por el color de su piel. Por si esto no fuera ya lo suficientemente duro y atroz de leer, Coetzee elige contarlo a través de una carta de una mujer que ha sido diagnosticada de cáncer y que en el ocaso de su vida decide abrir los ojos y enfrentarse a la verdad. Ya lo sé. Esto duele por todas partes. Y como... El tipo narra el momento mas vulnerable, terrorífico e inexorable de todo ser humano: la muerte. Esto fue lo que más me sensibilizó porque esta mujer no tenía a nadie y yo creo que todos merecemos irnos tomándole la mano a alguien. Yo he perdido gente y la he perdido estando lejos y lloraré una y mil veces sabiendo que se fueron solos. Entiendo que despues de esto muchos huirán del libro, porque quién quiere sufrir tanto?! Pues sepan que el dolor no sólo es parte de la vida, sino también de la literatura, que el dolor nos recuerda que estamos vivos, que nos permite sentir y sensibilizarnos e incluso a veces nos recuerda todo lo que tenemos y no vemos. Y lo más importante: Coetzee escribe como los dioses. Es complejo, es despiadado pero escribe exquisitamente. NO ES QUE ÉL SE MERECE SER LEÍDO. USTEDES, COMO LECTORES, MERECEN LEERLO. Yo cambio sin pestañar, toda la angustia y las lagrimas derramadas tan solo por ese final (❤), por esas 4 o 5 paginas de rotunda, primitiva e irrefutable belleza.


Estar al borde de la desesperación, perder el eje y no saber si entregarse a las garras del destino o luchar por unas últimas inhalaciones que se aferran con fuerza a la vida y no ahogarse. Una mujer condenada a sufrir las injusticias de una enfermedad mortal, cáncer, le escribe una carta muy extensa a su hija, como si fuese un consuelo o como desahogo. Entre la soledad, el autoconocimiento y una búsqueda de apoyo llega a verdades que permanecían en la oscuridad, en la suya y en la de muchos. Contando todo lo que sentía, respirando unos segundos más. Pero también, explicando, detallando una verdad mucho más terrible como lo era aquella a la que dominaba a toda Sudáfrica, un escenario macabro que estaba bajo el régimen del apartheid. El día que da comienzo a esta historia se encuentra con algo raro en el paisaje en el que estaba su casa, y fue que había un vagabundo negro refugiándose con su perrito bajo su techo. Quienes llegaron y no se fueron, quienes podrían ser el suspiro de esperanza que necesitaba. Coetzee no solo nos muestra lo desgarrador que puede ser encontrarse en las puertas que conducen a esa brillante luz que marcan un final, sino que además suelta sin vueltas mucha violencia y una colosal miseria. Coetzee está lleno de belleza y elegancia al expresarse, jugando un poco con la antítesis y la metáfora, y se apropia de una parte de la historia donde todos deberíamos tomar lugar y no olvidar. Casi como en un “monólogo” asienta las atrocidades del mundo, pero en un lugar más específico. Solo hay un pequeño pero y es que a veces se extendía tanto que sobraban frases en el que iban sumando páginas. Aunque no deja de ser mínimo, lo único que deja a la vista son verdades tanto del mundo como del alma humana.   🚨 Si te gustó esta reseña, el like por favor, en el corazón arriba a la derecha o en ambos corazones. MUCHAS GRACIAS ♥️♥️♥️😊


Apartheid significa separación. Y aquí podemos ver separación en una forma real y tangible. Separación de razas en un país, separación de una madre a una hija, separación de la vida a una persona. Es una historia que nos muestra separación pero busca todo lo contrario: unión, reencuentro y paz. En “La edad de hierro” nos encontramos, en forma de carta de una madre dirigida a una hija, la historia de una mujer que lucha con su enfermedad terminal y en sus últimos días sufre con la soledad y con la realidad de un país (Sudáfrica) asolado por el Apartheid en donde los niños pelean por igualdad, por un futuro, por destruir un sistema que provoca división. Son los niños de hierro, forjados de hierro… Es un libro crudo en algunos párrafos, con mucho análisis de la realidad y de la vida. Un grito de desahogo de una persona que se le escapa la vida y busca compañía en su hija lejana o en el prójimo que por años fue apartado por su color de piel. Buen libro, sencillo en historia pero con mucho, mucho para reflexionar. Marzo / 2021


Hermoso, melancólico, profundo. No le pongo las cinco estrellas sólo porque me contagió de tristeza y soledad durante los días que duré leyéndolo, o quizás solo sacó a flote mi propio sentir. Quizás no fue buena idea leerlo en época decembrina. Aún así vale la pena.


El libro que más me ha conmovido en estos años. Una mujer con cáncer en la Sudáfrica donde el apartheid se va cayendo a pedazos, inicia una relación con un vagabundo al que no puede -y no quiere- echar de su propiedad. Coetzee tiene algo que para mí es muy difícil de definir. Capacidad para un realismo sin anestesia, y al mismo tiempo en esa austeridad, en esa economía de palabras -y de emociones- crear una obra que es literatura. No una mera descripción, una crónica. No, literatura. No sé expresarlo de una forma mejor. Lo suyo podría ser testimonial -lo es en cierto sentido- pero va mucho más allá. Me asombra este autor, y por momentos me conmueve.


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FRASES DEL LIBRO LA EDAD DE HIERRO

La vida me hacía vibrar como si estuviera a punto de reventarme la piel. Igual que debe de sentirse una mariposa cuando nace o cuando se da a luz a sí misma.


Publicado porBarbiMore

Nos separamos del pecho y nos ponemos a esperar con impaciencia una vida autónoma. Sin embargo, esta primera vida, esta vida en la tierra, en el cuerpo de la tierra: ¿hay otra mejor, puede haberla? Pese a toda la tristeza, la desesperación y la cólera, no he dejado de amarla.


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