LA DISTANCIA QUE NOS SEPARA

El texto puede dividirse en dos, ambas partes muy interesantes. Por un lado, el autor se centra en descubrir, a partir de fuentes distintas y diversas, cuál fue el pasado de su padre “El Gaucho” Cisneros. Hace viajes, lee cartas, realiza entrevistas con familiares y amigos, todo ello para saber un poco más acerca de un personaje que, a pesar de su obvia cercanía, considera un extraño, un actor que en el ámbito familiar siempre le fue respetada la forma en la que interpretaba su papel. La experiencia del psicoanálisis con la cual comienza a desarrollar el texto queda a la medida, pues, es a partir de esa ausencia respecto del conocimiento de las características que acompañaban a su padre, de su verdadera personalidad y esencia, que se crea para el autor la inquietud sobre lo que él mismo es, sobre el por qué de sus falencias y el norte de sus acciones. Es indiscutible el aporte histórico que se realiza en esta parte de la narración. El autor nos abre las puertas de un país del cual no tenemos muchas nociones históricas sino que lo conocemos más por su presente; nos muestra unos aspectos oscuros derivados del recelo por la implantación de un sistema de gobierno apocalíptico; hace un recorrido lineal para que conozcamos quiénes fueron aquellos que detentaron el poder dentro del gobierno; nos da detalles sobre prácticas de censura respecto de los medios de comunicación; nos muestra sobre las inclemencias del terrorismo; eso y muchos aspectos históricos que ayudan al lector a comprender un momento histórico útil para dar alcance a los acontecimientos que se narran acerca de los personajes. Por otra parte, y confieso que es la parte que más me agradó y que disfrute en demasía, el autor realiza una serie de reflexiones sobre la figura del padre, sobre la importancia de esa figura para la formación de sus descendientes. Son reflexiones muy bonitas y que implican para el lector tomarse un tiempo para asimilarlas, reflexiones no solo para hijos sino para la figura del padre que a veces actúa desde la tosquedad, de la dureza, sin saber interpretar que esa dureza puede influir en forma negativa en sus hijos, dureza que se aplica bajo una premisa cultural consistente en que esa es la forma en la cual los hijos serán más duros, tal vez errónea, tal vez con la necesidad de que sea regulada. Conocemos realmente a nuestros padres? Es un privilegio poder hacerlo. Ver al ser humano qué hay en ellos, no lo que pensamos de niños que ellos son, ese héroe que está para protegernos. Tal vez, cómo se desprende de la lectura, realmente los empezamos a conocer cuando constatamos sus debilidades, que son igual de vulnerables que nosotros. Cuando vemos que esa coraza se desprende y sus ojos nos hablan para comunicar los sentimientos que tienen hacia nosotros, y más, cuando sus palabras son como una melodía en la que se expresa ese amor que nos han profesado… allí los comenzamos a conocer, que privilegio!

Un libro que empecé a disfrutar en cuanto cambié el chip y dejé de leerlo como una novela para leerlo como una introspección del autor, como una necesaria terapia para reconciliarse con un padre con un pasado tan oscuro. ¿Están las familias condenadas a repetir la historia generación tras generación? ¿Es posible reconciliarse, vivir en paz con la memoria de un padre que es responsable directo de las mayores atrocidades y que segaba toda la hierba que intentaba crecer a su alrededor, incluyendo la propia familia? Es difícil, pero el autor lo intenta. Y empatizo con él. Con semejante papelón pienso "qué majico" y me transmite ternura. Por situarnos, Renato Cisneros habla de la distancia que le separa con su padre, "El Gaucho Cisneros", un general peruano con un enorme historial de represión, torturas y asesinatos a sus espaldas. Y un hombre profundamente machista, autoritario, manipulador, que no permite crecer ni a sus propios hijos. Obviamente, mi empatía con el personaje, al que no tenía la "suerte" de conocer por una cuestión generacional, es cero. Pero no deja de despertarme ternura ese intento de su hijo de aproximarse, de arrimarse a cualquier detalle personal, por nimio que sea, para poder convivir con ese legado. Toda una prueba de amor. Hacia alguien que no lo merece, pero una prueba de amor al fin y al cabo. Entre medias, una saga familiar y una crónica de la política peruana en los oscuros años 70, 80 y 90, plagada de personajes turbios y siniestros, comenzando por el propio protagonista. Algo pesada a ratos, debo decir. No sé si Renato Cisneros consigue su objetivo (no es nada fácil), pero desde la distancia no deja de ser una propuesta literaria interesante. Aunque también me pregunto: ¿qué pensaríamos en España si, por ejemplo, la "nietísima" nos cascara un libro con las anécdotas tiernas y simpaticonas de su abuelo Paquito en el ámbito personal y familiar? (En el caso de que pudiera hilar dos frases seguidas con sentido). Pues probablemente a la mayoría no nos haría ni maldita gracia. Pero desde esta bendita distancia aplaudo el ejercicio de honestidad y valentía. 11 de abril de 2022.

Tremendo y excelente libro en el que un hijo reconstruye la vida de su padre mientras fluctúa entre el amor y el horror.El autor a través de su pesquisa, desnuda la personalidad de quien en vida fue un padre inflexible, un esposo infiel, un militar represor y un hombre polémico en el contexto histórico de la gran tragedia de América Latina de los años ´70 y ´80.Le pongo un 10 y lo recomiendo

💠 Un interesante libro de autoficción en el que el escritor no solo busca sus raíces sino, también, la explicación de la distancia que lo separa de su padre. Un camino de introspección pero también de investigación, le permite reconstruir una biografía en la que lo público y lo privado se conjugan para hallar respuestas y aclarar sus profundas diferencias con quién cumpliera un rol militar y político protagónico en su época. ✒️ De lectura lenta por la minuciosa descripción de hechos del pasado reciente, tiene el valor de ser el recorrido de un hijo, con la dificultad que esto supone, cuando el velo se corre y prevalece el compromiso con la verdad. Si bien me costó el estilo periodístico, preponderante en casi todo el libro debo reconocer que a partir del capítulo 8 el tono se vuelve más íntimo y bien valió la espera. Encontré el corazón de este hombre que fue capaz de poner en duda todas sus certezas. Comprendí su desafío personal y la invitación que nos hace al leerlo: nunca hay que quedarse en la comodidad de una historia única. ✴️ Cierro el libro y me quedo pensando en una afirmación que lo trasciende: "Si tus muertos te eligen, si te siguen, es porque buscan que les pongas voz..." ¡Aplaudo la valentía del escritor que se atrevió a hacerlo!

Tardé alrededor de 4 meses en terminar este libro. No puedo determinar si el motivo fue porque no me atrapó, porque estaba muy ocupada para poder leerlo o un poco de ambas. Entiendo que es el resultado de un amplía investigación y que hubo datos que el autor omitió pero sentí que muchas partes eran innecesarias haciendo que el relato se torne aburrido. Por otro lado, me gustaría destacar que Cisneros nunca quiso endiosar ni darle un lugar de héroe a su padre, pues por más que sean nuestros padres, antes de serlo son personas y creo que no por compartir sangre uno debe hacerse el desentendido por la clase de ser humano que es nuestro progenitor

Una autoficción interesante, bien narrada, con un personaje que hurga en la lejana personalidad de su padre y se encuentra con un hombre desconocido para él. Creo que a algunos los dejará con la interrogante de si es bueno conocer de pies a cabeza a nuestros padres: sus errores, sus sueños, sus maldades, sus cobardías, sus traiciones, sus bondades. En todo caso de eso se trata esta novela: de buscar en nuestros padres la materia de la cual fuimos nosotros construidos.

El escritor devela dos facetas de un mismo personaje: su padre. Su padre era el controvertido militar, Luis Federico «El Gaucho» Cisneros. El “Gaucho Cisneros”, se hizo militar en Argentina, donde fue conocido de todos los que se encargaron de ejercer el terror en ese país. Sin embargo, fue en Perú, y gracias a su carrera militar y sus posteriores cargos políticos donde adquirió importancia pública. En su faceta como padre, el autor dice que su padre era un hombre protector, disciplinado y más bien silencioso, que salía de casa muy temprano por las mañanas y regresaba por la noche. Fue interesante conocer detalles durante el régimen de Francisco Morales Bermúdez, así como de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA)

Esta biografía está escrita por el propio hijo del personaje principal, el “Gaucho” Cisneros. La cuenta en base a sus recuerdos e investigación. Menciona aspectos muy importantes, que incluso el mismo escritor, no se atrevió a confirmar si son reales o no. Pienso que debe ser complicado ser objetivo, y el revelar ciertos datos, lo hicieron sentirse entre la espada y la pared. Si te llama la atención la historia o los personajes principales dentro de la misma, sobre Perú, considero que lo debes leer.