LA COLINA DE LOS SUEÑOS

FERNANDO JIMENEZ OCAÑA

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9,5

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Sinopsis de LA COLINA DE LOS SUEÑOS

La colina de los sueños es, sin duda,una de las narraciones más apasionantes y sinceras de Arthur Machen. Es tambien,a juicio de los críticos,una de las más brillantes de su producción. Publicada en 1904 con el titulo de The Garden of Avallaunius, y con su titulo definitivo en 1907, Machen la había escrito, sin embargo, entre 1895 y 1897, en un empeño angustioso por explorar una región espiritual poblada de zonas oscuras y por encontrar un estilo diferente, quizá movido por algún soplo de los vientos simbolistas que en esos años recorren las letras francesas: "Quiero escribir la historia de un Robinson Crusoe del alma, de un hombre que está solo, no porque se halle en una isla desierta… sino por su aislamiento mental, porque entre él y todos aquellos con quienes tropieza media un abismo." Pero el resultado de su experimento es mucho más complejo. Nos enfrentamos aquí con un libro escrito en un lenguaje cuyas imágenes -unas veces recurrentes "como en una sinfonía", otras aparentemente inconexas, pero dotadas de misteriosas correspondencias en el plano sensible y en el de la pura idea- aspiran a sugerir de manera sutil algo que el lector debe adivinar. Porque, como los viejos textos esotéricos, La colina de los sueños tiene más de una lectura.

1 reseñas sobre el libro LA COLINA DE LOS SUEÑOS

Primero hay que aclarar que este espléndido libro no es de Ocaña, sino de Arthur Machen. "La colina de los sueños" es el apasionado testimonio de la lucha de un escritor (Lucian Taylor) por plasmar en papel sus impresiones e ideas, y en la cual buscará la "palabra mágica", el extraño significado que se esconde de las palabras, y las extraordinarias sensaciones que suscitan, como si se tratara de una suerte de alquimia de las letras; y es que leer a Machen es algo así, es como si cada palabra haya sido escogida cuidadosamente, para encajar la idea o la emoción que nos quiere comunicar. La contemplación fantástica de las cosas, como en sus otros libros, es aquí muy evidente. Lucian Taylor, al mudarse a Londres para llevar a cabo la difícil tarea de trabajar en su manuscrito, encuentra sucias y grises las calles, y frías y hostiles a las personas. Constantemente recuerda las colinas mágicas de su ciudad natal, en donde había realizado una excursión de joven, y había encontrado los restos de un fuerte romano, y en el cuál se había introducido, dejándole una fuerte impresión de miedo y magia: "...le parecía a su imaginación como si la colina tuviese un halo, una aureola que fluctuara como una llama a su alrededor". Abunda el libro de felices y maravillosas líneas: "El río discurría tranquilo y crecido; y el agua amarillenta, reflejando el sol del atardecer, brillaba en las charcas profundas como el bronce empañado". "La luna navegaba entre los velos de tenues nubes, y colgaba en el aire como una linterna espléndida y dorada; y, engastados en el seto oscuro, aparecían los minúsculos fuegos verdes de las luciérnagas". "...Luego el aire cambió otra vez, aumentó la coloración rojiza, y una mancha como de sangre surgió en la charca junto a la entrada, y todas las nubes se tiñeron de manchas ígneas y pinceladas llameantes". Al aumentar el rojo en el cielo, la tierra y todo cuanto la cubría adquirió una calidad incandescente; incluso se encendieron los campos y las laderas grises e invernales; las aguas de las charcas eran como balsas de bronce derretido, y la misma carretera centelleaba; Lucian se quedó asombrado, casi sobrecogido ante la magia escarlata del resplandor del crepúsculo". Podría seguir y seguir agregando párrafos fabulosos, dorados, musicales; esta es la delicada prosa de Machen, pero prefiero que consigan el libro y lo lean, lo paladeen, los degusten con paciencia, saboreando cada palabra, cada metáfora, penetrando en el mundo perfumado, maravilloso y crepuscular de este gran escritor galés. La irrupción de lo mágico, de lo fantástico para contrarrestar la melancolía, la soledad, las calles mojadas, enlodadas, repugnantes de Londres, han sido un bálsamo elemental para la concreción de la obra de Arthur Machen, el gran creador y propagador de la mágico detrás de lo ordinario y abyecto.