Enrique Herreros fue un hombre polifacético y artista autodidacto. Expulsado de la Escuela de Artes y Oficios por un profesor que aseguraba que no sabía dibujar, y formado en publicaciones humorísticas del primer tercio del siglo XX. Sus primeros dibujos aparecieron Buen Humor, después en La Ametralladora, y alcanzó su consagración en La Codorniz.