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Sinopsis de LA CHICA QUE LEÍA EN EL METRO

Juliette toma el metro todos los días a la misma hora. Y lo que más disfruta del trayecto es observar a aquellos que leen a su alrededor. La vieja dama, el bibliófilo de rarezas, el estudiante de matemáticas, la joven muchacha que llora en la página 247. Juliette los mira con curiosidad y ternura, como si sus lecturas, sus pasiones, la diversidad de sus vidas, pudiesen dar color a la suya, monótona y previsible. Sin embargo, un día decide bajar dos estaciones antes de lo habitual, tomar un nuevo camino para ir a trabajar, sin saber que su vida estará a un solo paso de cambiar para siempre.

12 reseñas sobre el libro LA CHICA QUE LEÍA EN EL METRO

Sobre otros libros y otras vidas. Sobre leer y cambiar vidas.


65. La chica que leía en el metro de Christine Féret-Fleury, con ilustraciones de Nuria Díaz. Traducción: Noemí Sobregués (30 de noviembre) No me gustó para nada la historia. Este libro lo compré porque me llamó la atención el título, el que esté ilustrado y por supuesto el precio. Se me hizo que sería una lectura sencilla así que apenas me llegó la inicié; la terminé muy rápido y la verdad me decepcionó mucho. Me parece que una parte de la premisa del libro estaba muy bien para una buena historia, trata acerca de proporcionar libros, según las características que se logren identificar, a personas con las que tengas algún vínculo, no precisamente tan cercano, puede ser vecinos, compañeros del trabajo o personas a las que te encuentres muy seguido en el transporte público o en el supermercado. Alerta de Spoilers El problema es que el libro no te cuenta por ejemplo de dónde salen tantos libros para regalarle a la gente, así que desde ahí la historia resulta poco creíble. Y eso no es todo, los demás sucesos también son completamente inverosímiles. Nuestra protagonista, la chica que leía en el metro, deja su trabajo de oficina para convertirse en pasante (de libros, como les llama el señor que maneja el negocio, asociación o lo que sea) sin tener alguna referencia con respecto al trabajo. Después de un tiempo, el señor, que vive con su hija únicamente, tiene que irse porque padecía de una enfermedad y necesitaba ser operado, para ello deja a su hija y el negocio completamente en manos de la chica que leía en el metro, a la que aparentemente no tenía demasiado tiempo de conocer. En fin, y así siguen los acontecimientos hasta el desenlace cuando una mujer le regala a la chica una combi para que se vaya por el mundo a regalar libros. Fin de los spoilers Para mí, lo único rescatable que tiene este libro son las ilustraciones, las referencias a algunos libros y la lista de libros que viene al final; nada más por esto se quedará en mi librero. ¿Ustedes lo han leído? ¿qué les pareció?


La verdad es que me ha parecido un tostón y eso que es corto!


Historia corta. Llena de magia, la magia está en cada una de las páginas. Me encontré con este libro por casualidad, revisaba en Facebook recomendaciones y novedades, y me encontré con él, el título en cierto modo lo dijo todo, y por eso quise tenerlo, en cada capítulo encuentras frases que te llegan al corazón, ó con las que te identificas. Juliette es uno de esos personajes que rara vez sobresalen, es una chica romántica, un poco seria, pero con un corazón tan bondadoso y puro que es difícil no tomarle cariño, incluso hasta identificarse en algunas cosas con ella . Muy recomendado, sobre todo porque muestra en si, cómo son los sentimientos y pensamientos de un lector.


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FRASES DEL LIBRO LA CHICA QUE LEÍA EN EL METRO

¿Cómo decirle que sí, que era algo así? ¿Que había acabado creyendo, no, estando segura de que dentro de los libros se ocultaban todas las enfermedades y a la vez todos los remedios?... y que a veces llorar sobre páginas impresas podía salvarle la vida a alguien?


Publicado porlinaswriting

"—La idea es buena, ¿no? Nunca he conseguido lo que Solimán les pedía que hicieran: seguir a alguien, observarlo de cerca para saber qué libro necesitaba, el que le devolvería la esperanza, o la energía, o la ira que le faltaba".


Publicado porjcoyuela

¿Quién caminaba una mañana de febrero por el placer de vagar por las calles, distraído, observando la forma de las nubes, o curioso, fisgón, al acecho de una tienda nueva o de un taller de cerámica?


Publicado porSihaya