LA CHICA DE AL LADO

Este libro definitivamente no ha sido para mí, esa saña que discurre durante todo el libro, sin razón a mi parecer no es para mí, describirlo como terror... No, es horror. Horror por lo que va sucediendo que va creciendo capítulo a capítulo... No sería un libro que recomendara

Increíble libro. Es la primera vez en mi vida, que me he planteado dejar un libro, por el miedo la angustia. Realmente cuenta la historia, con mucha crueldad. Personalmente me impacto. Pero me gusto mucho

Tremendo libro, uno de los más crudos que leí.

Cuando abrí el libro, no sabía lo que me encontraría. Te atrapa con las descripciones y la trama al principio, pero luego se desatan los infiernos y te deja (al menos en mi caso), muy tocada. Lo más fuerte, es que está basado en informes policiales reales, como descubrí después de acabarlo.

Brutal. Terrorífico. Difícil. La espiral de violencia de esta historia no hace más que aumentar y llega un punto en el que me pregunté si no estoy toda loca por seguirlo leyendo pero la verdad es que no podía dejar de hacerlo. ¿Lo peor? Es que está inspirado en un hecho real y el autor "suavizó" muchos detalles... NO MAMES! 4 estrellas porque me gustó, pero no lo disfruté.

Jamas había escuchado el nombre del autor y menos de la editorial que lo creo, lo trajo a la luz. Comencé a leer con la expectativa demasiado alta y me entero que la novela está basada en un hecho real, créanme que no pude parar de leer ni un solo instante, pocos libros me sacan lágrimas aunque esté me hizo llorar de una manera intensa. Ame este libro y su autor me acaba de garantizar para futuras lecturas, eso lo prometo. La chica de al lado no es solo un relato intenso, es lo que podría decirse, una obra maestra de el noir o los hechos basados en la realidad

No puedo darle las 5 estrellas porque es tan crudo que se hace difícil leer. Esta muy bien escrito y pone los pelos de punta que estás vejaciones -y posiblemente peores, por eso de q la realidad siempre supera a la ficcion- los sufrió en su cuerpo una niña durante 4 largos meses. No lo volvería a leer y no puedo recomendarlo por lo cruento. Pero si lo empiezas a leer no puedes parar...

Creo que lo primero es advertir que quizás esta lectura no sea para todo el mundo. Su contenido puede herir sensibilidades. Y lo segundo es señalar que me hubiera gustado hacer una reseña más breve pero esta historia, todo lo que hay detrás y todo lo que hace sentir, merece un buen puñao de palabras. Para mí el libro se divide en dos partes, en el antes y el después de la página 163, del capítulo 24 o del sótano, lo mismo es. David se adentra en sus dolorosos recuerdos para llevarnos al verano de 1958. La primera parte es un poco de presentación y ubicación de personajes que te va poniendo en situación, quizás haya quien esta parte la considere lenta pero, para mí, es crucial para conocer la evolución y desarrollo de los personajes. La segunda parte es más oscura y en ella nos descubre ese sótano y todo lo que en él aconteció, todas las vejaciones que esas cuatro paredes ocultaron al resto de La avenida Laurel. Este libro no solo trata la historia de Meg, Susan y Ruth, también la de David y quiero darle el protagonismo que creo que merece. David es un niño de 12 años que, en tan solo un verano, llega a un punto de madurez que, en otra situación, le hubiera llevado años alcanzar. Un niño que se ve obligado a tomar decisiones propias de un adulto y a hacerlo solo, sin el apoyo ni consejo de nadie. David se siente muy confundido por las acciones de una figura adulta a la que tiene cariño, en la que confía y a la que respeta, considerándola una amiga, una más del grupo. Por ello, y por la influencia que ejerce sobre él, es que le cuesta aceptar que sus acciones no sean las correctas y vemos como sus dudas van aflorando poco a poco, incluso superponiéndose a la curiosidad propia de un niño de su edad. La lucha interna de David por comprender y discernir entre lo que está bien y lo que no, continua y con el transcurrir de los hechos llega el tremendo momento de la revelación. Momento brutal en donde la hostia de realidad es sonada, la losa de la culpa es muy pesada y el dolor no se hace esperar. David abre los ojos y entiende que es la hora de elegir bando y tomar decisiones propias. Hablamos muchas veces de la necesidad que nos crean ciertas historias de seguir leyendo, del ansia de saber, del no poder, ni querer, soltar el libro… pero la necesidad que despierta esta historia, a pesar de su crudeza, es imperiosa y brutal. Y es que el autor consigue meterte en la historia de tal manera que sientes que eres una más. Te mantienes a la vera de David siendo una testigo silenciosa, incapaz de cambiar los hechos, lo único que puedes hacer es seguir leyendo y sientes que eso es lo que debes hacer, que es tu papel en esta historia, leer hasta el final. Cuanto más rápido leas antes acabará todo. Cuanto antes llegues al final antes podrás cerrar el libro. Cuando cierres el libro ellos podrán descansar. ❤️‍🩹Es un libro muy duro pero, en mi caso, el haber leído antes sobre la historia real en la que está basada ha suavizado su lectura. Porque ya sabéis que la realidad siempre supera la ficción y esta no es una excepción. Creo que el autor ha sido bastante respetuoso, trazando una línea que no ha sobrepasado. Aunque a priori no lo parezca, no se ha regocijado en el dolor ni en los detalles. Este libro podría haber sido infinitamente más duro porque la realidad es infinitamente más cruel, sádica, perversa e inhumana. Faltan palabras para definir el infierno al que Sylvia Likens, de tan solo 16 años, fue sometida en ese sótano a manos de medio vecindario. Si hablo del estilo de escritura del autor puedo hacerlo de forma mucho más breve. Diálogos, ambientación, personajes, ritmo, descripciones… todo, de 10. Es una lectura muy recomendable, aunque el “pero” ya lo sabéis. Pensad antes si realmente vais a poder disfrutar de ella, si es que sí, no os dejará indiferentes y si es que no, seguramente habéis tomado la decisión correcta. “¿Crees que sabes lo que es el dolor?” No lo creo. No, hasta que conozcas esta historia.