Con esta fábula sobre el amor, bella, singular y exquisitamente triste, el escritor británico Ali Shaw ha visto cómo su primera novela se convertía en un hallazgo literario. La chica con pies de cristal ha recibido excelentes críticas en Inglaterra y Estados Unidos, ha obtenido el Premio Desmond Elliot y ha sido finalista del Premio Costa de Primera Novela y del Premio Crawford, además de traducirse a catorce idiomas. Extraños sucesos ocurren en el remoto archipiélago de Saint Hauda. Criaturas de una rara belleza sobrevuelan la marisma helada y animales albinos encuentran refugio en los bosques, mientras las medusas iluminan con destellos eléctricos el oscuro fondo del mar. Tras unas breves vacaciones en una de las islas, la joven Ida Maclaird descubre que sus pies se están volviendo de cristal. Alarmada, Ida regresa a Saint Hauda en busca de una explicación a este fenómeno. Allí se encuentra con Midas Crook, un fotógrafo tímido y solitario, con quien vivirá una historia de amor tan hermosa como urgente, pues la metamorfosis de Ida avanza inexorable. Sin embargo, la apasionada determinación de la joven choca con la aparente parsimonia de la vida en Saint Hauda, donde cada personaje parece esconder oscuros secretos, relacionados entre sí como nudos de una complicada madeja. Inspirado por los célebres relatos de Hans Christian Andersen, marcados por la pérdida y el sentido de la fatalidad, Ali Shaw ha escrito un libro rebosante de imaginación que sumerge al lector en un mundo fascinante donde realidad y fantasía se conjugan en una historia inolvidable. «Combinando realismo mágico y las convenciones de la novela romántica [...], esta encantadora primera novela inaugura un nuevo tipo de fábula.» Booklist
-No llores -dijo él-. Dios tiene un sitio y un momento para todos nosotros. Ya sé que no es fácil entenderlo... Pero si llama a alguien a Su lado, no te quepa duda de que tiene un sitio en Su reino preparado para él."
Por entonces creía que uno alcanza el éxito de forma gradual. Que podías llegar a la cima mediante el trabajo. Durante muchos años tuve esa convicción. Pero de pronto, un día, me enteré de que una sola mirada puede cambiarlo todo."
Había notado una colisión con Midas y ahora sabía que eso era lo que había deseado toda la vida: chocar aunque sólo fuera un instante con otra persona a suficiente velocidad para fusionarse con ella."
Midas abrió los ojos. Oyó el tictac de un reloj en la oscuridad. Era esa hora de la noche en que las cosas parecen irreales, en que una idea que durante el día se rechaza fácilmente puede apoderarse de las entrañas y no salir de allí hasta la mañana siguiente."
Miró a Ida, que sonreía orgullosa. Comprendió que él temía enfrentarse a una especie de maldición de los faraones, pero no había caído fulminado. Sonrió también. Ser valiente no era tan difícil."