Estamos viviendo aquí, con nuestras alegrías y penas —la mayoría tristezas— pensando que éste es un mundo sin fin.
El valor consiste, no en morir, sino en vivir enfrentándose con las dificultades, con el sufrimiento. Morir es fácil, vivir, ¡ESO es un acto de valor!
Niño! —dijo el monje japonés—, por cierto que uno puede leer pero elige con cuidado lo que leas y asegúrate de que lo comprendes en su totalidad. No existe ningún peligro en la palabra escrita, pero EXISTE peligro en los pensamientos que esas palabras puedan causar.