Cuerpos mutilados de efebos sondescubiertos en las calles de Atenas,crímenes inexplicables que no parecenseguir ningún orden lógico. HeraclesPóntor, el Descifrador de Enigmas, seencargará de resolverlos con ayuda de unode los filósofos de la célebre Academiaplatónica, Diágoras de Medonte. Pero elpropio texto de La caverna de las ideas, queel lector tiene ahora en sus manos, tambiénesconde secretos: sus traductoresdesaparecen o mueren, y el actual seenfrenta a un enigma milenario quedesborda su capacidad de juicio y en el quese imbricará tanto la novela como lapercepción de cada lector.
Misteriosa, enigmática, histórica, simbolista, filosófica,detectivesca, peripatética, herculea, metafísica, sorpresiva, una joya.
¿No es un acto de amor? ¿Qué otra cosa es hacer el amor sino unir fantasía y realidad?
Sabes lo que creíste ver. Saber la verdad equivale a saber cuánta verdad podemos saber. Nuestro pensamiento también tiene ojos, y con él podemos ver cosas que nuestros ojos carnales no ven.
No basta razonar para elegir lo mejor, ya que el hombre se deja guiar por sus deseos y no por sus ideas.
No te llamaré ni cobarde ni valiente hasta que no conozca la razón exacta de tu miedo. El valor se diferencia de la cobardía únicamente en el origen de sus temores.
Pues no te lo creas hasta que no lo veas por ti mismo. Todo lo que no se ve, es cuestión de opiniones.
Ésta es la fe religiosa: borra del rostro la inquietud de las dudas, como les ocurre a los necios.