Katie Simmonds quiere ser psicopedagoga. La semana pasada quería ser profesora y la anterior, directora de cine. A Katie no le faltan aspiraciones, pero ninguna de ellas consiste en ser camarera. Desgraciadamente, Katie Simmonds es camarera. Con unos clientes que solo le causan disgustos, un sueldo miserable y un jefe que parece salido del Infierno, la vida de Katie no es como la había planeado. Y sus problemas no se limitan a lo profesional. Sin embargo, justo cuando cree que las cosas no pueden ir a peor, el café en el que trabaja pasa a manos del último hombre del mundo con el que querría encontrarse. Puede que Katie lleve sirviendo mesas y esperando al Señor Perfecto demasiado tiempo...