En estas páginas navegaremos en el fascinante océano de las Sagradas Escrituras y las conoceremos progresivamente, como conocemos a cualquier persona. También nosotros estamos llamados a ser Palabra de Dios, pues somos una carta de Cristo escrita no con tinta sino con el Espíritu del Dios vivo. Desconocer las Escrituras es desconocer a Cristo Jesús.