LA BALADA DE LA CÁRCEL DE READING (FLASH POESÍA)

Este es un inquietante conjunto de poemas divididos en cuatro partes y una quinta a modo de oratorio final. El libro en sí,está dedicado a C.T.W,antiguo soldado de la Guardia Real Montada,ejecutado en la cárcel de Su Majestad Reading,Berkshire,el 7 de julio de 1896. Oscar Wilde lo compuso durante su estancia en esta misma prisión,donde fue a parar acusado de conducta sexual indecorosa;hay que tener en cuenta que en aquellos momentos,en la Inglaterra victoriana,existían unas normal morales enormemente rigurosas. Los poemas tienen la particularidad,ciertamente curiosa,que una vez fueron escritos,no fueron firmados por el autor con su nombre,sino con la cifra con la que había sido inscrito en la cárcel: C.3.3. Podríamos decir,como su mismo título indica,que se trata de una trágica balada que desde casi el inicio sume al lector en un vertiginoso balanceo entre el amor,la muerte,la crueldad de los hombres y la piedad redentora de una divinidad encarnada en un Cristo observante y administrador de la verdadero justicia,aquella que la propia humanidad es incapaz de fraguar en medio de sus grandes contradicciones. "Y aun así cada hombre mata lo que ama,sépanlo todos!. Unos,con una mirada cruel; otros,con palabras zalameras; el cobarde,con un beso; el valiente,con la espada. En pocas ocasiones,en la historia de la literatura,se ha cantado al sinsentido y a la irracionalidad humana,tan trágicamente,con tanta desesperación,como lo hace Wilde en estos versos. Cada hombre mata lo que ama,pero no cada hombre muere por ello,nos dirá un poco más adelante y, donde a mi parecer,está aludiendo a las aparentes arbitrarias leyes que rigen nuestras vidas hacia un destino tan involuntario como indeseable.El poeta se siente profundamente agitado,perturbado,arrastrado por ese sino invisible y ciego,que acorrala y ejecuta. " Esperábamos que dieran las ocho, cada lengua espesa por la sed, cuando la campana de las ocho marca el destino que degrada a un hombre, el destino que utiliza un nudo corrredizo para el hombre mejor y para el peor" La justicia de Dios es la esperanza,agónica,eso sí,a la que en última instancia se aferra Wilde,la justicia que se nos aparece como misericordia y compadecimiento incluso por lo más degenerado a los ojos de los hombres,por aquello que nadie quiere,a los que nadie perdona,los irredentos de este mundo.