Después de explicar cómo acabó pasando veinte años encerrado en prisión, Alfie Quinn quiere conocer la historia de su compañero de celda. Este es joven, dinámico y ambicioso. Alfie se ve reflejado en él. Cuando el muchacho accede a contárselo, nuestro protagonista se da cuenta de que ese puede ser el germen que le ayude a escribir su segunda novela.