Los niños de dos años progresan tan rápidamente que, a menudo, dejan sorprendidos y un poco perplejos a sus familiares. Este libro, fácil de leer y pensado especialmente para los padres, ilustrado con gran cantidad de fotografías de pequeños jugando y divirtiéndose con sus progenitores, permite descubrir cómo se ven a sí mismo, como se relacionan con los demás y cómo aprenden a comunicarse con el lenguaje.