JOHN BARLEY CORN: LAS MEMORIAS ALCOHOLICAS

En el folklore inglés, John Barleycorn representa tanto al alcohol como a las plantas de cebada y malta que se utilizan para fabricarlo. Jack London toma esta figura y la transforma para su obra en el símbolo del consumo de alcohol. La novela está configurada como una historia iniciática y de formación. Al mismo tiempo que nuestro protagonista recorre el camino de niño a hombre, también anda las sendas que lo llevarán por el consumo de alcohol. Pero no es este paralelismo algo caprichoso. El alcohol no está visto solamente con un elemento fundamental de la socialización ("nadie comienza a beber alcohol solo" dice London) sino como un elemento indispensable de la masculinidad y del camino para transformarse en hombre. Solo a través de él los hombres pueden relacionarse, solo después de consumirlo pueden hacer confesiones y solo después de haber bebido la cantidad que se considera necesaria pueden revelar sentimientos. No hay, afortunadamente, elementos moralizantes en la obra, ni enseñanzas. Es un reflejo de la masculinidad y el crecimiento en el siglo XIX y nos permite pensar lo poco que ha cambiado en el SXXI.