Fabricante de ideas y proyectos, su patriotismo español y aragonés le impulsaron a trasladar sus discursos acerca de la modernización nacional a la práctica política. Y, todo ello, a través de una crítica al sistema de la Restauración y un lenguaje regenerador, repleto de metáforas corporales e imágenes antropológicas basadas en la fe en la educación, en los valores republicanos, el laicismo, la verdad y la ciencia.