El Imperio persa bajo el mando del rey Jerjes (486-465 a.C.) cobra vida en esta soberbia novela del clásico neerlandés Louis Couperus, quien pone de manifiesto, junto a un excepcional conocimiento de la historia antigua, una extraordinaria sensibilidad narrativa. Autoproclamado Rey de reyes, Jerjes se nos revela aquí como un hombre arrogante y ambicioso, cuya megalomanía y su empeño en dominar el mundo conocido llevaron a los persas a una guerra contra los griegos que no aportó a su pueblo sino calamidades como nunca antes se habían visto.