Aquello que otros hacen, aunque no esté a la altura de aquello que tú hiciste, te sobrepasará: el tiempo es un patrón insensible que estrecha fríamente la mano del que parte, y recibe con los brazos abiertos, como dispuesto al vuelo, a los recién llegados. La bienvenida ríe, los adioses se marchan suspirando. No quieran tus virtudes de antaño ganar hoy sus laureles...