Invierno es una obra culta. Lo es por su elegancia, su sobriedad. Lo es por la admirable contención de sentimientos y expresiones, por la recisión gélida e implacable con que disecciona a sus personajes para exponer sin ambages la mativación y el deseo. Y es culta porque toda ella está transida de cultura, porque se sustenta en la evolución cultural de Occidente, porque aprovecha el imaginario colectivo construido a lo largo de siglos de pasado y lo asimila hasta hacer que se. cónvierta en el poso más íntitno de su ser.