Un canto maravilloso a la Pasión de Sevilla Incienso y plata. Levedad del verso. Ausencia del manido ripio que recubre, como una costra de sensiblería, la piel literaria de la fiesta más hermosa del tiempo. De la más honda. De la única que es capaz de herirnos con el gozo. María Sanz lo sabe. Y lo ha escrito de puntillas, como pasa la Macarena. Exactamente igual. Nube de incienso y claridad de la plata. Este libro es un canto de amor a la ciudad. Este libro huele a Semana Santa. Con eso está todo dicho.