Exhibe en estos poemas una conciencia ignorante o quizás dormida, llena de imposibilidades de expresar en el tiempo y con palabras adecuadas la soledad que en él se revela y en la que vive, aunque esté conforme con ella. No sabe, no puede o no quiere recoger las chispeantes y desenfadas notas juveniles y de tiempos felices, que deja en el olvido, como si le doliera recordar y se refugia en la melancolía y en el fracaso, como si fuera imagen de su propio ser, si bien no es cierto, como si quisiera engañarse a sí mismo o simular lo que se es. Las voces y los ecos de la calle los acumula en todos sus poemas y trata de darles vida en este libro.