Un joven judío vienés, prisionero durante tres años, vuelve a casa una vez liberado, al término de la Primera Guerra Mundial. Aún en tierra extranjera, en una de sus paradas se hospedará en el Hotel Savoy, escenario suspendido en una atmósfera desconcertante e ilusoria, donde iniciará - fruto de la «convivencia» con los distintos ocupantes del hotel - su particular aprendizaje de la vida. Irónico, crítico, conciso y equilibradamente poético, Joseph Roth nos adentra en la vida bulliciosa de este particular hotel como un apicultor experto en un enjambre convulsionado.
Interesante ficción acerca de los repatriados que entran por la frontera silesiana (la novela no lo dice con exactitud pero menciona cercanía con Austria), provenientes de la recientemente formada Rusia Soviética después de firmado el armisticio de las potencias centrales (Alemania y Austro-Hungría) con los aliados después de la primera guerra mundial. Hombres hambrientos y derrotados, ex-prisiones de guerra que retornan luego de largos años al hogar. Pasan y se hospedan en el mítico y hermoso Hotel Savoy: una suerte de micro comos de razas, lenguas y costumbres del gran mosaico que había sido la culta Austro-Hungría. Novela narrada con fuerza, poesía, romanticismo, heroísmo y drama. El narrador es un judío-vienes de nombre Gabriel Dan quién encuentra simpáticos personajes en el misterioso Hotel Savoy. Los últimos capítulos son una metáfora a la destrucción del bello, culto y mítico imperio de los Habsburgo. Obra que nos permite apreciar la carrera de Roth y la dirección que tomaba rumbo a los que sería su obra maestra: La Marcha Radetzky. Se lee muy rápido, muy entretenida, y por lo tanto, altamente recomendable.