HISTORIAS EXTRAORDINARIAS

El placer de la lectura en estado puro, gracias al arte de contar historias de este multifacético autor, a quién le reconozco creaciones notables como “Matilda”, “Charlie y la fábrica de chocolate” y “Relatos de lo inesperado”. En “Historias extraordinarias” nos encontramos con un niño que tiene un vínculo muy cercano con los animales, incluso los más extraños como puede ser una tortuga gigante. Subir a tu automóvil a alguien que te “hace dedo” en la carretera puede significar inolvidables sorpresas. Y ¿Qué ocurriría si en tu trabajo de arar la tierra, te encuentras con un tesoro romano al completo? Pues, ha ocurrido y Dahl lo cuenta. Como es propio del sello del autor, su arte de narrar pasa por transmitir con maestría las imágenes del relato y uno se cree a pie juntillas que lo que está leyendo es real y posible. Y por cierto, la marca de la casa está en los giros que sorprenden. Son siete relatos, uno de ellos “La maravillosa historia de Henry Sugar” es casi una novela corta. Los últimos dos, “Racha de suerte” y “Pan Comido” son autobiográficos. Don Roald nos cuenta que no había por donde llegara a ser escritor hasta que tuvo cierto encuentro fortuito. “Pan comido” fue su primer relato, que narra sus peripecias como piloto de guerra durante la Segunda Guerra Mundial. “Historias extraordinarias” es recomendable para leer en días de mucha lluvia y viento como ayer, en días de calor agobiante también sirve, ideal para leer frente al mar o en la montaña, tendido en el pasto o en la sala de estar o en cualquier otra parte del hogar, o de visita en casa de la suegra o en la sala de espera del cardiólogo. También sirve para bloqueos lectores o para relajar las cosas después de leer Drácula.

Un libro simpático con cinco cuentos y dos textos autobiográficos (el primero es sobre cómo Dahl se convirtió en escritor, y el segundo es el primer relato que escribió en su vida, sobre su experiencia en la guerra contra Alemania). Aunque me esperaba mucho más de este libro, de todos modos me resultó entretenido y Dahl me cayó bien: es un narrador amable que cada tanto te saca una sonrisa, porque hasta en sus pasajes más oscuros mantiene un tono alegre. Sus historias giran en torno a hechos insólitos —a veces realistas, a veces más cerca de la fantasía— y tienen un aire como de caricatura que las hace fáciles de leer, aunque pueden parecer un poco planas. Mi favorito (y el más cruel de estos cuentos): “El cisne”.