Desde la poderosa irrupción de la historia económica y social, el diálogo entre historiadores y sociólogos ha permitido plantear nuevos problemas y abrir nuevos terrenos al conocimiento y análisis de las sociedades humanas. De ese encuentro proceden dos empresas de distinto alcance y de muy diversas ramificaciones: la historia social y la sociología histórica, dudosas a veces de su identidad y su método pero siempre creativas en su empuje y sus propuestas de investigación.