Una mujer obsesionada con saber si existe algo después de la muerte aparece ahorcada. Un padre sigue buscando a su hijo desaparecido hace veinte años sin dejar rastro. A la vez que consigue cerrar ambos casos, elinspector Sveinsson empezará a indagar en la tragedia que ha marcado toda su vida: la desaparición de su propio hermano.
En este nuevo capítulo del "Inspector Erlendur" la historia de su familia rota (como en todos los anteriores libros) está muy presente en este caso muy complicado (en el sentido de lo "intangible" de los hechos que lo prueban) con un suicidio y las dudas del inspector para probarlo. Produce mucha "extrañeza" leer este policial, tanto que hasta dudaría en recomendar su lectura, porque "aparentemente" no pasa nada. Pero por conocer las anteriores novelas, no dude en terminarlo. Para ser más claro, este NO es para empezar la saga. De todos modos... Recomendable igual. Adenda: sí, quedo un poco confusa esta reseña, pero para aclarar tendría que contar el final, así que tengan Fé en el autor del libro...