Una novela romántica que nos habla de los amores de verano, de los sueños, de las ilusiones y del valor del esfuerzo. Esther y Sofía son dos hermanas que, junto con su padre, regentan un pequeño hotel en la bonita población de Benicàssim. Esther, la mayor, es juiciosa, trabajadora y terriblemente responsable, por lo que acaba invirtiendo más horas de las debidas en el hotel. Sofía, por el contrario, es una chica complicada, egoísta e insensata, demasiado mimada por su familia y con unos amigos que no le hacen ningún bien. Esther decide matricularse en un curso de cocina en Londres. Durante su estancia conocerá a Jorge, un hombre que le hará creer que la magia y el romanticismo existen. Sofía, por su parte, conocerá a Luis, que le enseñará a quererse y a darse cuenta de que en la vida hay pretextos pero también hay resultados, y que si uno quiere que lleguen, tiene que trabajar por ellos.
Aunque hace años me costaba mucho leer a Megan Maxwell, la verdad es que con el tiempo le he cogido el gusto y sé que empezar un libro suyo es un acierto seguro. Me gustan especialmente cuando tengo épocas estresantes, que lo que necesito es desconectar con un libro ligero y fresco. En este libro encontramos una trama muy similar a otros libros de Megan, con una historia de amor como eje central, y varias subtramas alrededor, algunas de amor, otras sobre el amor propio, los sueños, el quererse a uno mismo, las malas decisiones, la familia… trata muchos temas con mensajes muy reflexivos que hacen de este libro un libro realista, es decir, que puede pasarte a ti o al vecino del quinto. El estilo de Megan es ligero, con capítulos cortos, que hace la lectura amena, cuando te quieres dar cuenta has llegado al final. Y por último, los personajes, es verdad que es el punto que a mi más me falla en este libro, me hubiera gustado que fueron algo más profundos, con más matices, porque básicamente conoces tres rasgos de cada uno que se van repitiendo a lo largo del libro, aun así conectas rápido con ellos, pero no tanto como podría darse. Aun así es un libro que recomiendo mucho, como otros tantos de la autora.
Me habían insistido mucho en que leyera a esta autora y éste ha sido mi primer libro. No está mal... Ligero y fresco para el verano. Si eres de romántica seguro que te gusta. Pero si eres de novela histórica, policíaca, negra... (cómo yo) No está mal para pasar el rato y desconectar
Lo que destaco de esta novela es que tiene temas muy actuales que hoy están en agenda como: violencia de género e infancias trans. Me parece necesario que se toquen esos temas cada vez que se puede aunque, en este caso, me gustaría que se haya ahondado mucho más y que se aborde los temas a lo largo de la novela y no que sea algo al pasar. Otro de los puntos a favor es que hay personajes dentro de la novela que existen de verdad, son músicos, y la música que crearon para la novela es muy linda. Después es más o menos lo que siempre se ve en las historias románticas clásicas: una chica que se enamora de un chico lindo y sexy, casualmente con una fortuna detrás, y lo que varía son los conflictos.
Es el primer libro de Megan Maxwell que leo para poder hablar sobre ella con conocimiento de causa, porque siempre me ha parecido que es de esas autoras que se subió a la ola de novelas eróticas para mujeres después de "50 sombras". Pienso que es de lejos mejor que E.L. James y aunque esta novela no es estrictamente erótica, sino más bien estúpidamente romántica, cada dos o tres capítulos hay un pene metiéndose en una húmeda vagina. La protagonista... Es una tarada. Si la tuviera en frente creo que de una cachetada le quito la estupidez... Y estos hombres guapos, millonarios que se enamoran de estas tontas sin gracias, ni en Disney. Pero lo rescatable de la novela, y me lo dijo una amiga antes de empezarla, es que algunos de los personajes son músicos de verdad, de la vida real, y entonces el libro tiene como un soundtrack muy bonito. De hecho, la canción "Hasta que salga el sol" ya está en mi lista favorita de Spotify.
La verdadera discapacidad está en el cerebro de las personas que piensan que ser diferente es ser menos.
No olvides que no siempre podemos elegir la música que la vida nos pone, pero al menos podemos escoger cómo bailarla.
La verdadera discapacidad está en el cerebro de las personas que piensan que ser diferente es ser menos