Una de las razones fundamentales para el rechazo generalizado de la moral ha sido la forma en que ha sido presentada en muchos tratados y la pedagogía utilizada para su enseñanza. Es precisamente lo que intenta obviar este libro al ofrecer una nueva visión de la ética que se fundamente en nuestras propias estructuras antropológicas, pero que, al adjetivarse como cristiana, tampoco puede perder su dimensión trascendente y evangélica. El lector encontrará también, tocados con objetividad y respeto, los puntos que hoy se discuten en la Iglesia y que condicionan las distintas visiones que pueden darse.