Este libro nos aproxima a los problemas que presenta la transformación de nuestro sistema en un sistema de inscripción constitutiva; de modo decidido, aunque prudente. Su pregunta es ésta: ¿qué hace falta cambiar en nuestro ordenamiento para adoptar la inscripción constitutiva? Al dar respuesta a esa pregunta, la autora ofrece soluciones que intentan respetar, en la medida de lo posible, lo que a su juicio son rasgos caracterizadores de nuestro sistema jurídico inmobiliario. Sus reflexiones son interesantes y merecen ser tenidas en cuenta.