H DE HALCON

Tras la muerte del padre, la autora del libro decide adiestrar un azor. En ningún momento la experta cetrera tiene la intención de establecer una relación de poder sobre el animal. Su objetivo es ser un elemento más en la realidad del azor, es decir, no interferir en su naturaleza. Para ello, el primer paso del adiestramiento es eliminar su presencia humana y convertirse en un simple soporte para el ave. Después introduce progresivamente movimientos para lograr que el animal tolere su interferencia humana. El primer paso en el que hace desaparecer lo humano llega a ser peligroso en su estado de duelo porque considera propia la perspectiva salvaje del azor. Pero es la alteridad con el animal una forma de conseguir que el dolor no sea tan opresivo y punzante. Una forma de sobrevivir. Cuando llega al final del proceso (del duelo y adiestramiento del ave rapaz) entiende que los animales no deben convertirse en modelos naturales ya que actúan movidos por valores diferentes a los nuestros. Hace un par de años, cuando yo tuve que enfrentarme al mismo duelo me compre este libro junto a todos los que encontré sobre la pérdida. Tras leerme el primero entendí que cada persona tiene su propio sufrimiento, incapacitante y privativo. Y entendí también que un mal libro sobre el duelo lleno de imágenes deprimentes era añadir drama a lo que ya lo era. Así que dejé de leer. Este libro me hubiera ayudado porque es comedido y justo, sin desbordar. La buena literatira alivia.

Helen Macdonald nos narra de forma autobiográfica las dificultades en el adiestramiento de un azor, como propia huída hacia adelante por la pérdida de un ser querido. Híbrido de tratado sobre cetrería y psicología del duelo. Me ha costado acábarmelo.