Carpentier es un autor de estilo barroco, amante y apasionado de las palabras y, por tanto, los adjetivos abundan en sus textos. Lo sorprendente es la rigurosidad de su prosa, su destreza minuciosa y la trama creativa de sus relatos. Todos los textos de esta selección tienen relación con ese dios omnipresente que provoca la muerte, vejez y el cansancio, la enfermedad y la adoración, en algunas veces es un devorador de sueños y otra veces camina hacia atrás: El Tiempo. Estamos ante un hombre de mente brillante, difícil de leer, pero disfrutable cuando se tiene el tiempo para leerlo con paciencia y detenimiento. Me parece una buena forma de empezar con él, por estos cuentos cortos, que reflejan, sin embargo, la sobriedad de una mente lista y profundamente descriptiva.