Si hay un cadáver, hay noticia. Luis recién era un novato en la sección policial del diario, pero eso lo sabia bien, porque su jefe, Yuyo, no paraba de repetirlo. Y esa noche hubo noticia; colgado de un árbol en la calle fría, con un escarabajo tatuado en el pecho y un graffiti fresco en la pared de atrás firmado por un tal "Ninja". Sería el primero de una espantosa serie. El bebe sacaba las fotos para la portada del diario sensacionalista y el detective Sosa actuaba a ver muertos y sangre. Para Luis todo era nuevo y, a la vez, conocido.