Consejos para hacer nuestras relaciones personales más saludables y positivas.En nuestra vida cotidiana no podemos evitar encontrarnos con personas problemáticas, como jefes autoritarios y descalificadores, vecinos quejosos, compañeros de trabajo o estudio envidiosos, parientes que siempre nos echan la culpa de todo, hombres y mujeres arrogantes, irascibles o mentirosos… Todas estas personas «tóxicas» nos producen malestar, pero algunas pueden arruinarnos la vida, destruir nuestros sueños o alejarnos de nuestras metas. ¿Cómo reconocer a la gente «tóxica»? ¿Cómo protegernos de ella y ponerle límites? Bernardo Stamateas responde a estas preguntas con claridad y convicción. En definitiva, nos ayudarán a ser mucho más felices.
Estupendo ensayo para poder identificar à la gente tóxica que nos rodea y tratar de evitarlos. También para no dejarnos manipular.
Buena lectura para identificar a aquellas personas que nos rodean con un punto de vista del psicoanálisis explicado para gente no experta.
Vivir con culpa es vivir con cadena perpetua. Es condenarse a vivir insatisfecho, victimizándose todo el tiempo por la vida que nos ha tocado vivir.
La búsqueda central de todos los seres humanos está orientada a encontrar la felicidad. Somos seres que fuimos creados para gozar, crecer, desarrollamos, cumplir nuestro propósito, satisfacer nuestras necesidades y alcanzar la tan anhelada alegría.
No fuimos creados para vivir de limosnas, ni lisiados de afectos. Nadie tiene derecho a castrar nuestros sueños más profundos ni a asegurar qué es lo que nos conviene o no. La felicidad y el éxito, la desdicha y el fracaso serán el resultado sólo de tus propias decisiones.
La envidia puede originarse en aquello que pensamos que no tenemos y necesitamos obtener para ser felices y en una estima pobre y lastimada que siente que si tuviera lo que el otro ha logrado, entonces sí sería feliz.
Ten en cuenta que efusividad, energía, entusiasmo, ira, ejono, encono, odio y amor son emociones que podemos no sólo sentir, sino también verbalizar
Todas las decisiones que tomamos se basan en lo que sentimos, y todo lo que sentimos se basa en lo que pensamos. Si cambio mi manera de pensar, cambio mi manera de sentir, y si cambio mi manera de sentir, entonces también cambio mi manera de decidir y por ende de recibir.