FACSIMIL

Zambra....una vez mas, creando a partir de lo insustancial, o de lo sustancialmente sustancial, pero en su momento. Es así como un test de selección se convierte en un paseo por un Chile transicional que se niega a abordar la transición. Y en un ejercicio literario con aprendizaje aprehendido que se niega a ser apresado. Solo me queda atenerme a la frase final tomada de Fernando Pessoa. “ me coloco puntuación “ Definitivamente “ no aprobado “ pero como lo he disfrutado. 1.- a) falso 2.- b) mentira 3.-c) ridiculo 4.-d ) cierto...solo para unos. Etc...etc...etc...

Me parece maravilloso que a alguien se le haya ocurrido escribir una cosa así. Es una parodia para leer con lápiz en mano, pero no solo para subrayar frases, sino porque es un libro que hace preguntas y exige respuestas (todas de opción múltiple). Zambra toma como modelo la Prueba de Aptitud Verbal para postulantes a las universidades chilenas y la convierte en un juego literario. En estas noventa preguntas hay lugar para la burla, el absurdo y la crítica; para la poesía, la historia y el relato; para la bronca, la tristeza y la ternura. Cuestiona un sistema educativo burocrático y deficiente, en el que el más tramposo siempre saldrá adelante, pero la genialidad de Zambra está en su forma tan original de hacerlo, y que además resulta una lectura muy divertida.

Cuando sos bueno en algo como zambra agarras lo que sea y haces magia. El toma esa prueba de aptitud que se tomaba en un chile de hace tiempo pero marcado por mucho, la novela con estructura quizas diferente una novela dadaista pero potente bien arraigada a una patria y lenguaje, donde planta posición o al menos se pregunta en relación a problemas eticos, a mentir para sentirse validado, establecer vinculos cuando todo es desconfianza o destinos ya conocidos. Lo recomiendo!

Entre la poesía y la novela. Buen libro y muy curioso de leer si se está preparando la psu jaja!

Muy recomendable para aquellos a los que les gusta escribir. Como dice Pedro Gandolfo en su reseña Zambra "...va mostrando cómo el lenguaje y, más todavía, el lenguaje literario posee un grado de ambigüedad...que los convierte en objetos inasibles".