ETHAN FROME

Oh! Oh! Oh! Tampoco era como para hacerse pis encima...Pues sip, yo esperaba bastante mas de este librito. Obviamente el relato es bueno: está muy bien escrito mantiene la atención del lector y sobre todo, para ser un clásico, es muy ameno... Entonces,qué pasó?? En primer lugar, Edith podrá escribir muy bonito pero hace unos díalogos de lo más estúpidos. Una frase boba tras otra (🙄)...y para colmo, siempre acompañadas de un " Oh!". La autora parece adicta a esta onomatopeya. A todo le mete un oh!: " oh! Se me cayó la Fuente!" "Oh! Volvió la bruja de tu mujer!" " Oh! qué ganas de andar en trineo!" Creerá que el dichoso oh! le da a todo sofisticación y delicadeza. Un amigo me dijo que la cantidad de " h" detrás de la "o" es sumamente significativa. Tiene razón (gracias Pablo). No es lo mismo "Oh Ethan!", que " Ohhhhhh, Ethan!!" (🤨). En segundo lugar hay una escena clave y definitoria hacia el final qué termina siendo una verdadera cagada. ✋Disculpen, Ohhhh! una verdadera cagada! (Ya sé, Edith tiene razon, ahora suena elegante😌). Se suponía que era un momento verdaderamente dramático y crucial y termina en realidad dando lugar a que uno se ría con ganas en vez de llorar y compadecerse. De qué va la cosa? Ethan Frome es un hombre que si no tiene problemas se compra los zapatos chicos. No le sale una. No tiene plata, trabaja como un desquiciado y tiene una vida gris junto a una mujer mayor y muy poco agraciada. Hasta que un día...Chachachannnn!!! Llega una joven prima de su mujer a ayudarla ...y pues que el Ethan este se enamora del caramelito de 18 años y anda como un ganso espiando atrás de los arbustos acicalandose de más y pensando todo el tiempo " Oh! Oh! Hay uno que le gusta mas que yo" (🙄).

Wharton, mejor cuentista que novelista sale de su recurrida burguesía para llevarnos al lado contrario, donde nunca sobra un centavo. Ethan Frome es un drama, duro, que se abre paso dentro de otra historia, ambas abrazadas por frio, nieve y soledad. Escrito de forma excelente la autora dibuja a un protagonista parco en palabras y desvela con el ritmo preciso el misterio que esconde. La norteamericana mide muy bien lo que nos cuenta y su momento creando la receta exacta del buen relato. Casado con una arpía, egoísta y eternamente enferma, Frome se debatirá entre su obligación matrimonial o escapar a un futuro incierto con el ser amado. Sus descripciones son sublimes, sin abusar del recurso, te hace sentir en alta definición sonidos tan sutiles como el cansado paso de un caballo, la cojera de Frome o el latido de los bosques. El desenlace llega en su justo momento, donde las piezas del puzle encajan en las últimas frases, fácil para aquellos que a veces no aguantamos más y nos hacemos auto spoiler echando una miradita inocente a la última página. Ligeramente opresiva, la nouvelle (hoy llevo boina du Paris) sabe mezclar tensión y elegancia atrapando sin remedio al lector. Un texto ideal para cualquier momento, aunque con frio y manta sabe mejor. Habrá que seguir leyendo relatos de la autora. ¡¡Qué remedio!!

Dicen que hay gente que nace con estrella y otras estrelladas. Sabiduría popular que le viene al protagonista como anillo al dedo. Ethan Frome tiene algo... y no es encanto, magnetismo o "savoir faire" que dirían los franceses. Ethan tiene un gafe, un cenizo, una mala suerte que ríete tu del Titanic. ¿Culpamos al destino? ¿ Estaba escrito en el libro de su vida que sufriera permanentemente?¿Qué el amor y la felicidad se les escurrieran entre los dedos? Creo que no, que muchos de los sufrimientos y acciones de su vida se debieron a sus malas decisiones e incluso a su inacción pero... Miss Wharton compuso su retrato tal cual, le dio un sentido fatalista a su existencia y se quedó tan ancha. Eso sí,escrito maravillosamente, con pasajes que son pura poesía y escenas rebosantes del más candoroso romanticismo. No fue justa la vida con Ethan. Fue tan trágica que, en algunos momentos, da la vuelta y se convierte en una comedia. Y no es que tenga mala idea pero si a La Celestina le pusieron el subtítulo de tragicomedia, bien merece la novela de nuestro protagonista subtitularse: Tragicomedia de Ethan Frome y quienes le acompañaron. .

Relatado en tercera persona la autora nos cuenta el accidentado destino de un hombre con muy mala suerte. Ethan Frome, indeciso, conformista, un pusilánime. Casado con una mujer egoísta, enfermiza, amargada, mayor que él. Una historia corta pero intensa, de la mano de la maravillosa pluma de Edith Wharton, con unas descripciones muy bellas que te envuelven en el frío y la oscuridad de los bosques y en el asfixiante hogar donde se desarrolla la acción. Una prima de la mujer, jovencita, dulce y plácida, llega a su casa para ayudar a esa mujer tan aquejada por sus habituales dolencias. Ethan pronto sucumbirá a sus encantos y deberá debatirse entre lo correcto y lo arriesgado para conseguir así la felicidad. Pero la suerte no le acompañará en esa búsqueda y la fatalidad formará parte de su destino. Aunque la suerte a veces es la que uno se busca a través de las malas decisiones que se pueden tomar o de la falta de acción para luchar por lo que uno quiere. Un relato que engancha, que es un placer leerlo a nivel literario, pero que el nivel de romanticismo de algunas escenas lo llevan a límites ridículos, que hacen del drama una comedia. De todas formas lo recomiendo, pero la autora me pareció superior en Las hermanas Bunner, un relato menos conocido pero para mi mejor logrado.

Durísimo relato breve, aunque eso si, brillantemente escrito y magistralmente narrado a cargo de Edith Wharton, en donde se nos presenta la eterna duda, elegir entre dos caminos, el de la felicidad con cargo de conciencia o el del deber y la obligación. Ethan Frome vive amargado con una mujer obsesionada con su salud, una especie de Munchhausen, a la que no ama, y con la que se casó para evitar el aislamiento y la soledad en la que vive, hasta que una prima política se muda con ellos a vivir para cuidarla y atenderla. Sorprendente relato, que a parte de lo bellamente escrito, mantiene la incertidumbre hasta el final y no es nada previsible sino todo lo contrario, hasta la última página no averiguas que ha sido de la vida de nuestro protagonista, de su mujer y de su prima.

Novela corta publicada en 1911, narrada de forma magistral, cuenta la historia de Ethan Frome, en tercera persona. Es un relato breve pero intenso, con una ambientación magnífica donde hay una fuerte intriga por conocer el desenlace. La trama trata la lucha de ser feliz, frente a la de cumplir las obligaciones.

¡Qué rabia me dan los libros que van de más a menos! Te ponen el caramelo en la boca y al final te lo quitan… y entonces, catapum, me sale la mala leche y me pongo a restar estrellas como una loca. Este libro empieza muy bien: un joven ingeniero que trabaja para una compañía eléctrica dispone de demasiado tiempo libre debido a una huelga de carpinteros. Durante este periodo llama poderosamente su atención cierto personaje singular que acude a diario a la oficina de correos. Por más que el ingeniero se interesa por conocer la historia de este hombre, sólo obtiene datos vagos de su casera y de un conductor de diligencias, lo cual hace que su curiosidad aumente. Afortunadamente para él, algunas semanas después y, ya de vuelta a su trabajo, un temporal de nieve hace que el ingeniero necesite que este hombre le lleve a su puesto de trabajo en una población cercana. Al principio se nuestra muy reservado, a penas si intercambia algunas palabras con él. Pero una nueva tormenta de nieve durante el camino de vuelta en el que se les hace de noche obliga a este personaje (Ethan Frome) a invitar al ingeniero a pasar la noche en su casa y es en este momento cuando se abre y le cuenta su historia. Ethan está casado con una mujer (Zeena) unos años mayor que él, avejentada prematuramente, amargada, enfermiza y poco predispuesta al trabajo. Por este motivo, cuando su joven prima Mattie Silver se queda huérfana es acogida por el matrimonio a condición de que ayude a Zeena con las labores del hogar. Cómo ya se puede ir intuyendo pasará lo inevitable… Esta novela está muy bien escrita y mantiene la atención del lector en todo momento. Pero, ay…yo entiendo que todas las historias no tienen que terminar bien pero es que para mí el desenlace de ésta no está justificado y de ahí mi decepción . Y habrá quien diga: es que hay personas que se dejan llevar aunque sepan que están siendo manipuladas, es que hay personas que toman decisiones equivocadas una detrás de otra… la fatalidad, la mala suerte… A mi no me vale. ¿Pero me ha gustado? Pues sí y no. Se asemejaría a lo que me gustaría un vestido precioso que al final de una fiesta se ha manchado…

Este libro debe ser el ejemplo perfecto de cómo contar una historia. Es como una ola que crece, que uno la ve venir, pero que al final siempre puede ser peor de lo que uno espera. Es corto, entretenido y te deja con la boca abierta. Aún no la lees, no tienes excusa para no hacerlo. Es el tercer libro que leo de esta autora (La solterona, La edad de la Inocencia y este) y fue el gran descubrimiento del 2020.