Huérfana, deshonrada y despojada de su título. Rho está lista para vivir su vida de manera tranquila como trabajadora humanitaria del campo de refugiados cancerianos en la Casa de Capricornio. Pero se ha extendido la noticia de que el Marad, un desequilibrado grupo terrorista que está determinado a romper la armonía de la Galaxia, planea atacar cualquier Casa de un momento a otro. Entonces Rho se reencuentra con su pesadilla más desagradable: Ocus, quien le transmite un enigmático mensaje que no le deja otra opción más que salir a luchar.
Humillada ante todo el Zodíaco y con un sentimiento de culpa que la consume desde adentro hacia afuera, Rho logró aprender de sus errores perdonarse, resurgir de las cenizas para volver a ser la llama eterna que el Zodíaco necesita, solo necesita atreverse descubrir los misterios y deseos de su corazón antes de que sea demasiado tarde.
A ratos me entretuvo mucho, y a ratos estuve apunto de dejarlo a la mitad. La verdad espera más, el tercer libro solo leí 3 capitulos y no me gusta.
En esta entrega Romina Rusell ha sabido cómo jugar con mis sentimientos, primero con lo que le ocurrió a Mathias en Zodiaco y luego con lo que pasa entre Hysan y Rho al final de este libro. Todas las emociones de los personajes las pude sentir como si fueran mías. Un libro que me ha transmitido mucho de lo que la escritora quiso expresar. Me encantó.