El autor nos presenta una estación de tránsito extraterrestre sobre nuestro planeta, bajo la apariencia de una humilde granja de Wisconsin. Su dueño, Enoch Wallace, es el único ser humano dotado del privilegio de comunicar con el resto de la Galaxia. Tiene el aspecto de cualquier terrestre, aunque no envejece nunca. Por otra parte, su casa no se diferencia externamente de las demás, pero por alguna razón es inexpugnable. Todo transcurre sin incidentes en torno a la bien protegida granja de Enoch… hasta que alguien profana el cementerio familiar y realiza un descubrimiento atroz.
Lectura de juventud y uno de los pocos libros que e leído de temática de ciencia ficción y fantásia. Que pasaría si tú casa fuese una estación de transito entre mundos y tendrías que ser el anfitrión de cada vida que pasase por ella? La verdad que no es un estilo que me llame mucho la atención, lo ley por una recomendación y me gustó. Es un libro fluido que se lee fácil y engancha.