En Espantapájaros los protagonistas ya no son las cosas sino los mecanismos psíquicos, los instintos, las situaciones de omnipotencia, de agresividad, de sublimación, puestas en acción en textos de un lenguaje expresionista, fáustico, en un clima del más riguroso humor poético. Aunque está objetivada en situaciones concretas, expresada en imágenes significativas, la temática parecería querer ejemplificar, por lo definidos, algunos de los movimientos fundamentales de ese fondo oscuro y turbulento del yo.
Oliverio, el gran arquitecto de la poesía, un visionario que nunca sacrificó la sensibilidad de un sentimiento por la belleza, por el contrario, supo acrecentarla con el magnífico toque de su propia vision.
"Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando".