Marta regresa a la casa de Trieste donde creció junto a su abuela. Un día sube al desván, donde encuentra las huellas de las dos personas más importantes de su vida: su padre y su madre. Escucha mi voz retoma la historia de los personajes de Donde el corazón te lleve, la novela que entusiasmó a trece millones de lectores en todo el mundo.
Sinceramente, la protagonista me ha caido mal en buena parte del libro, la abuela lo dió todo por las dos mujeres de su vida y ellas solo tuvieron malas palabras y malos modos para ella, y sinembargo jamás las rechazó. Una historia en la que no pasa nada si lo que buscas es acción pero completamente instrospectiva, un viaje a la psicología de las mujeres de una pequeña familia, a sus sentimientos a lo largo de sus vidas y el autodescubrimiento de la más joven de ellas.
El amor no conviene a los perezosos, para existir en plenitud exige gestos fuertes y precisos.
De persona hostil, me convertí en una extraña, nunca sabías quién era. En esos meses, para sobrevivir y hacerte sobrevivir, me transformé, como el genio de Aladino que tanto amabas, en una infinidad de personas diferentes.
Cuando somos niños nos gusta mucho subir a los desvanes, en la vejez no tanto. Todo lo que era misterio, descubrimiento aventurero, se vuelve dolor del recuerdo.
A los diez, once, doce años todavía podía leer a tu lado en el sofá, pero a los trece, empecé a dar señales de intolerancia; a los catorce, la única historia que de verdad quería conocer era la mía.
¿Qué sentido tenían mis días ahora que estaba sola en el mundo? ¿Qué sentido tenían incluso cuando estabas tú? ¿Y cuál era en general el significado de los días de todos los seres humanos?