ENTRE CACHACOS: OBRA PERIODISTICA 2

Muy buen libro, en el cual se encuentra un Gabriel Garcia Marquez un poco más maduro y que debuta como critico de cine en Colombia, realizando una crítica semanal a las películas exhibidas en los teatros de Bogotá, así que es una gran oportunidad para que los que conocen de crítica de cine puedan apreciar y juzgar está época del gran Gabo; el libro también contiene grandes artículos literarios e incluso tiene lo que yo considero dos libros dentro de esta obra, el primero la serie de reportajes acerca del marino que sobrevivió al accidente del destructor caldas y que después,efectivamente, se convertiría en el libro " relato de un náufrago" y otra crónica acerca de ma vida del gran ciclista colombiano Ramon Hoyos que también podría haber sido, tranquilamente, un buen libro o novela corta. A manera de epílogo creo que es un excelente libro que se va tornando más interesante a medida que se avanza en la lectura y deja ver el progreso como escritor de Gabriel García marquez.

"El director de El Espectador, Guillermo Cano, me llamó por teléfono cuando supo que estaba en la oficina de Álvaro Mutis, cuatro pisos arriba de la suya, en un edificio que acababan de estrenar a unas cinco cuadras de su antigua sede. Yo había llegado la víspera y me disponía a almorzar con un grupo de amigos suyos, pero Guillermo me insistió en que antes pasara a saludarlo. Así fue. Después de los abrazos efusivos de estilo en la capital del buen decir, y algún comentario sobre la noticia del día, me agarró del brazo y me apartó de sus compañeros de redacción. “Óigame una vaina, Gabriel –me dijo con una inocencia insospechable–, ¿por qué no me hace el favorzote de escribirme una notita editorial que me está faltando para cerrar el periódico?” Me indicó con el pulgar y el índice el tamaño de medio vaso de agua, y concluyó: –Así de grande.” “El Espectador publicó mi nota en la página editorial y en el lugar de las buenas. Pasé la mañana en las grandes tiendas comprando ropa que Mutis me imponía con el fragoroso acento inglés que inventaba para divertir a los vendedores. Almorzamos con Gonzalo Mallarino y con otros escritores jóvenes invitados para presentarme en sociedad. No volví a saber nada de Guillermo Cano hasta tres días después, cuando me llamó a la oficina de Mutis. –Oiga Gabo, ¿qué pasó con usted? –me dijo con una severidad mal imitada de director en jefe–. Ayer cerramos atrasados esperando su nota.” “Entre Cachacos” como su nombre lo indica contiene piezas editoriales escritas por GGM, durante su trabajo para El Espectador de Bogotá, ya es un hombre mas maduro que cuando escribía en la costa, fueron 18 meses antes de partir a Europa. Leí sus trabajos en una edición que efectuó el Diario Clarín, por todas sobrevuela su aura literaria.

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