Tradicionalmente las metáforas han sido una forma privilegiada de transmitir el conocimiento. Sin embargo, no se han incorporado con plenitud a la terapia cognitivo conductual hasta hace poco tiempo, demostrando su gran poder terapéutico y transformador. La gran ventaja de la metáfora reside en que lo que transmite no es solamente el conocimiento, sino que propone soluciones que la persona ha experimentado o ha visto a alguien que lo ha hecho; de ahí su gran poder transformador y terapéutico.