ENTERRADO EN VIDA

Cuando uno se muere es normal ir a parar al cielo, el infierno, o donde uno crea que debe, en la época lo seguro es el cementerio. Pero ser enterrado en ausencia, o por sustitución, eso si que da de que hablar, en este caso escribir. Una historia ridículamente factible, y que ha sucedido en no pocas ocasiones, confundir al muerto con el vivo, enredosamente un pintor, con poco capital social, casi nulo en realidad, es confundido con su sirviente que fallece, A partir de aquí se desata una serie de situaciones ridículamente burdas, o burdamente ridículas, aunque bien manejadas por el autor resultan al menos en una sonrisa, por su flemática ascendencia le otorga algo de rigidez al relato , al que por cierto es el único pero que le pongo, su falta de flexibilidad para imprimirle esa sensación de hilaridad . Me ha gustado un montón esta novela, que dicho sea de paso me estaba haciendo falta. Una lectura muy ligera, para romper con situaciones difíciles relacionadas con el simple hecho de existir. Similares a las que ocurren al pintor/ sirviente por el simple hecho de no ser el muerto , le toca literalmente “cargar con el muertito” o hacerse caso de su vida, que prácticamente es lo mismo … hasta que.. Todo por pintar pingüinos y policías ermitaño en medio de la multitud..

Una sátira muy entretenida de un autor que socialmente fue olvidado en el tiempo por diversas cuestiones del cual el mismo decía que escribir era trabajo y que no hacia arte por el hecho de hacer arte. Me sorprendió bastante la facilidad de la lectura, los diálogos inverosímiles que tienen los personajes y las descripciones de los lugares del punto de vista de un pintor que descubre el mundo cuando se creen que esta muerto y la irónica situación de estar presente en su propio funeral (cosa que no suele suceder con la mayoría de las personas). No fue un libro de esos que te atrapan y queres devorar hasta terminarlo pero tuvo esa cosita de investigación al final que me llevó a entender un poco mas al autor y a su época. Aparentemente Bennet escribía mas de lo que debía y trataba de involucrar al lector. Así pues bien, estimado Arnold, aquí va alguien que le permite perdurar un poco mas en el tiempo.

El libro es muy entretenido y divertido y me parece casi imposible creer que esté escrito a principios del siglo XX, ya que el lenguaje así como algunas expresiones y reflexiones están totalmente vigentes más de 100 años después. Si bien el libro es puro entretenimiento para la mente. No se puede pedir más.

Nunca conecté con la historia