La muerte y las distintas formas de afrontarla según las civilizaciones. La muerte, esa gran desconocida, nos separa de la vida, de todo lo que nos anima, nos entretiene y nos apasiona. Es cierto. Pero también supone el fin de todo sufrimiento, el cese de todo dolor. Sin embargo, muy pocos experimentan la idea de la muerte como descanso, reposo profundo o disolución placentera. ¿Podemos evitar el sentimiento de angustia que nos produce el punto final? ¿Podemos aprender a morir igual que aprendemos a vivir?